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Hoy hay muchas novedades sobre la Armada rusa.
Recientemente, han sido unos días muy malos para la Armada rusa, ya que la campaña ucraniana se ha visto reforzada tanto por la naturaleza como por la propia incompetencia rusa. Desde el mar Negro y San Petersburgo hasta el lejano oriente, el poder y la proyección navales rusos se están desmoronando por completo.
La noticia más importante es que, después de años de reparaciones y accidentes, los rusos han perdido oficialmente su último portaaviones, el Almirante Kuznetsov.
El enorme buque ha sido ahora dado de baja y será desguazado para piezas. La razón principal es que pasó la mayor parte de su vida útil en puerto y bajo reparaciones, y la capacidad de las fuerzas armadas rusas para mantener un portaaviones costoso y muy vulnerable ha desaparecido.
Analistas navales occidentales bromean diciendo que, cuando el barco no estaba en llamas, la enorme columna de humo de su escape diésel hacía parecer que lo estaba. Cabe destacar que los aviones que componían su ala embarcada ya no se producen y que, debido a la rampa en la cubierta de vuelo que imponía demasiada tensión en el tren delantero si el peso era elevado, su carga de combustible y, por tanto, su alcance operativo, ya estaban muy limitados.
La lista de incidentes durante su servicio es larga, con algunos ejemplos notables como el vertido de aproximadamente 300.000 toneladas de petróleo en la costa irlandesa, la pérdida de cinco aviones en el mar durante operaciones —debido a la rotura de los cables de frenado o a que simplemente se quedaban sin combustible—, así como la muerte de varios tripulantes a causa del fallo de los sistemas de filtración de agua durante su viaje inaugural.
Los malos días continúan, ya que uno de los mayores terremotos de la historia reciente provocó un tsunami que barrió las costas del lejano oriente ruso. Imágenes satelitales publicadas recientemente muestran daños extensos en las dos principales bases navales rusas de la zona, una de las cuales alberga gran parte de la flota de submarinos nucleares de Rusia, con los submarinos ausentes en las fotos y posiblemente en reparación. Además, la Academia de Ciencias de Rusia informó que la parte sur de Kamchatka se desplazó dos metros completos hacia el sureste como resultado del terremoto, lo que ha generado especulaciones sobre daños mucho mayores en instalaciones navales rusas que no son visibles en las imágenes satelitales.
La flota de submarinos nucleares de Rusia sufrió otro golpe cuando la inteligencia militar ucraniana reveló que había obtenido un conjunto completo de documentos y planos clasificados sobre el nuevo submarino estratégico nuclear ruso, el Proyecto 955A clase Borei. Publicaron algunos de ellos en línea y afirmaron que los documentos clasificados incluyen información sobre los sistemas de supervivencia del submarino, que entró en servicio hace poco más de tres semanas. La inteligencia militar ucraniana también declaró que ya ha identificado varios puntos débiles en el submarino ruso, justo antes de que Zelenski autorizara una nueva serie de operaciones encubiertas, cuyos detalles siguen siendo desconocidos.
Por último, durante el Día de la Armada, que celebra la existencia temporal e historia de las flotas rusas, así como de sus unidades de infantería naval especializadas que combaten actualmente en Ucrania, los buques de guerra de las cuatro flotas rusas tenían previsto realizar un desfile y salvas de cañón por el puerto de San Petersburgo, así como exhibiciones aéreas y demostraciones de tropas en tierra.
Sin embargo, el desfile y todos los eventos asociados fueron cancelados por razones de seguridad, ya que se avistó un solo dron ucraniano Lyuti sobrevolando el óblast de Leningrado. Como no se informó de impactos confirmados, probablemente los ucranianos simplemente decidieron volar un dron en la zona general y dejar que Rusia cancelara el desfile por sí misma, incapaz de interceptar una posible amenaza desde el aire.
En conjunto, la pérdida de su único portaaviones es significativa, ya que este tipo de buques permite a una armada proyectar una fuerte influencia y capacidad militar a escala global. Los daños extensos en sus bases militares y posiblemente también en buques de la costa del Pacífico suponen un grave deterioro de su influencia regional y de sus capacidades de disuasión estratégica. Que Ucrania haya detectado debilidades en las defensas del nuevo submarino ruso a través de documentos clasificados, junto con la noticia de que se están preparando operaciones encubiertas adicionales, solo agrava este efecto. Con la ya creciente pérdida de dominio global de Rusia y los desfiles destinados a contrarrestar esta tendencia siendo cancelados, se trata de otro duro golpe para la relevancia geopolítica militar rusa, desplazando aún más la presión hacia sus activos terrestres, ya de por sí sobrecargados.
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