Rusia Ya No Puede Contar Con La Moderación Occidental
El esfuerzo bélico de Ucrania ha entrado en una fase en la que la innovación nacional ya no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Tras años de depender de arsenales occidentales limitados, el país comienza ahora a desplegar sistemas de ataque de largo alcance que solo él puede producir, controlar y emplear. Este cambio transforma el cálculo de las operaciones en profundidad, porque la pregunta ya no es si a Ucrania se le permitirá atacar, sino cuántos ataques puede sostener. Al pasar de la escasez a la abundancia potencial, Ucrania está preparando el terreno para un nuevo tipo de presión sobre Rusia, una que no se mide en ataques aislados, sino en la capacidad de asestar golpes repetidos a lo largo de un vasto teatro de operaciones. La capacidad de producir en masa este tipo de armas representa más que un hito técnico; es una palanca estratégica que modifica directamente las suposiciones de Rusia sobre la escalada y la resistencia. En este contexto, la aparición de un nuevo misil de crucero ucraniano no es solo otro titular, sino un signo de un cambio fundamental en el equilibrio de la iniciativa.
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