Última gota: todos presionan a Rusia para terminar la guerra ahora
El cambio más trascendental del año se está desarrollando dentro de la Federación Rusa, donde la diplomacia, la economía y la guerra han chocado simultáneamente. Tras meses de retrasos y amenazas, la UE, el Reino Unido y Estados Unidos han coordinado un histórico triple golpe —político, militar y económico— contra Moscú. Esta respuesta sincronizada, la más contundente desde el inicio de la invasión a gran escala, pone fin a años de vacilaciones y demuestra la determinación de Occidente de enfrentar de manera directa las tácticas dilatorias de Rusia. La cancelación de la cumbre Trump–Putin fue la chispa que desencadenó esta serie de acciones, cuando Washington declaró inútiles las conversaciones ante la intransigencia de Moscú. En cuestión de horas, misiles occidentales golpearon profundamente dentro de Rusia, seguidos por nuevas sanciones amplias dirigidas a las arterias esenciales de su economía de guerra. Lo que comenzó como frustración diplomática se ha transformado en una contraofensiva total destinada a aislar a Rusia, paralizar sus ingresos energéticos y forzar el fin de su agresión.

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