Hoy llegan noticias interesantes desde Donetsk.
Aquí, cuando Rusia había comenzado un masivo reagrupamiento, trayendo refuerzos desde sus ofensivas estancadas para alimentar la lucha por Pokrovsk, Ucrania asestó un golpe decisivo. Al lanzar una enorme oleada de ataques coordinados, las fuerzas ucranianas paralizaron tres puestos de mando principales y eliminaron a decenas de oficiales de alto rango, decapitando por completo y deteniendo la ofensiva rusa.

Actualmente, las fuerzas rusas están llevando a cabo una gran redistribución para reforzar e intensificar la ofensiva hacia Pokrovsk, sacrificando en el proceso varias de sus otras ofensivas. La inteligencia ucraniana, sin embargo, no dejó ningún movimiento sin seguimiento y rastreó casi todos los convoyes rusos.

Desde cámaras de tráfico hackeadas en la retaguardia rusa, partisanos informando sobre trenes de tropas, hasta un profundo reconocimiento con drones, Ucrania siguió las columnas enemigas a lo largo de carreteras y líneas de árboles. Como recordarás, municiones merodeadoras ya habían atacado movimientos de tropas rusas en ruta, asegurando que, incluso antes de llegar al frente, los refuerzos rusos ya estuvieran siendo diezmados.

Los ucranianos intensificaron sus esfuerzos utilizando uno de los misiles más nuevos de su arsenal para golpear los cuarteles generales rusos y decapitar todos los esfuerzos enemigos. El eje central de la contraofensiva ucraniana fue una masiva operación de ataque de precisión, con la primera andanada golpeando la planta Topaz, antes un centro soviético de electrónica y ahora un puesto de mando del ejército ruso. Al menos cinco misiles-dron a reacción Peklo fueron captados en múltiples videos geolocalizados antes de detonar en ataques casi simultáneos. Las llamas envolvieron varios edificios y más imágenes mostraron columnas de humo elevándose sobre el lugar.


Un segundo ataque, más pequeño pero igual de preciso, destruyó el centro de mando del 41º Ejército Combinado ruso dentro del Instituto de Investigación de Automatización Compleja, desde donde Rusia dirigía operaciones en el Donetsk central.

Finalmente, otra oleada de drones ucranianos de largo alcance golpeó el puesto de mando de la 20ª División de Fusileros Motorizados de la Guardia en una zona industrial, demoliendo el centro neurálgico de una de las principales fuerzas rusas que atacaban al oeste de Donetsk.

Estos tres ataques, ocurridos con pocos minutos de diferencia, sorprendieron a las defensas rusas, mientras testigos oculares describieron fuego antiaéreo trazando el cielo solo después de que los misiles ya hubieran impactado. El Ministerio de Defensa ruso afirmó que decenas de drones ucranianos habían sido interceptados en toda la Rusia occidental, pero no mencionó a Donetsk en sí. Sin embargo, la realidad era clara: la potencia de fuego precisa ucraniana había arrasado múltiples complejos de cuarteles generales, con analistas de OSINT confirmando que los impactos fueron cruciales para el intento ruso de avanzar hacia Pokrovsk.

Las armas utilizadas por Ucrania subrayaron su creciente independencia en la guerra de largo alcance. El análisis de los perfiles de vuelo y videos de impacto reveló la silueta distintiva y el patrón de ataque de los misiles-dron Peklo de Ucrania. Es posible que drones con hélice hayan explorado los objetivos, pero los ataques en sí fueron llevados a cabo por drones de crucero a reacción, con un alcance de 700 kilómetros y velocidades de hasta 700 kilómetros por hora.


Desarrollado localmente con un 70 por ciento de componentes ucranianos, Peklo entró en producción en serie con un objetivo de 100 unidades al mes. Con una ojiva de 50 kilogramos, está diseñado para destruir objetivos fortificados y al mismo tiempo sobrecargar las defensas aéreas rusas, demostrando una vez más su eficacia en el último ataque sobre la ciudad de Donetsk.


El resultado sobre la ofensiva rusa es inmediato: con cuarteles generales clave destruidos, la cadena de mando rusa se ha fracturado y las comunicaciones entre los líderes del ejército y las unidades en el terreno han quedado interrumpidas. Muchos oficiales familiarizados con los planes de batalla han muerto, y casos similares en el pasado muestran que estos ataques provocan parálisis dentro de la organización militar rusa: los oficiales sustitutos necesitan tiempo para familiarizarse con el campo de batalla y con el plan de ataque, ralentizando la toma de decisiones y deteniendo las ofensivas planeadas. El momento también importa: los meteorólogos afirman que las lluvias de otoño iniciarán la temporada de barro a finales de septiembre, amenazando con atascar los movimientos y ahogar las líneas de suministro. Con sus cuarteles en llamas y sus comandantes desaparecidos, las posibilidades de Rusia de reavivar el impulso en Pokrovsk parecen sombrías.

En general, la oleada de ataques de Ucrania ha cortado efectivamente la cabeza de la ofensiva rusa en Pokrovsk al demoler los cuarteles enemigos. Según informes, altos generales rusos murieron y sus identidades están siendo verificadas, pero incluso la sola interrupción obliga a Rusia a entrar en modo de crisis.

Para Ucrania, la operación mostró la fuerza de su sistema Peklo de fabricación nacional, ya que las grabaciones desde múltiples ángulos confirmaron que los misiles penetraron en Donetsk sin obstáculos, demostrando que las aclamadas defensas aéreas rusas siguen estando llenas de brechas.

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