Rusia lanza su primer asalto a través del embalse seco del Dniéper
La dirección de Zaporizhia sigue siendo un eje crítico tanto para la defensa ucraniana como para la planificación operativa rusa, con el terreno y los asentamientos locales determinando las perspectivas de cualquier avance. Las fuerzas rusas intentan asegurar posiciones clave que les permitan flanquear las líneas ucranianas y crear bases de lanzamiento para operaciones adicionales, pero los obstáculos naturales y el terreno defensivo preparado limitan sus opciones. La desecación del embalse del Dniéper ha modificado las posibilidades de movimiento, abriendo rutas de infiltración que antes eran imposibles, pero también exponiendo a las unidades que avanzan a una mayor observación y fuego. Los defensores ucranianos controlan las alturas y posiciones fortificadas, lo que les otorga superioridad en reconocimiento, cobertura de drones y coordinación en todo el campo de batalla. La interacción entre geografía, fortificaciones y sistemas no tripulados está obligando a Rusia a operaciones de alto riesgo, donde incluso los éxitos iniciales son difíciles de consolidar. Por consiguiente, el resultado en este sector dependerá menos de la superioridad numérica que de la capacidad de cada lado para integrar observación, respuesta rápida y ventaja del terreno en una efectividad operativa sostenida.


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