La guerra energética se profundiza mientras Ucrania se prepara para otro invierno duro
Ucrania se enfrenta una vez más a una fase crítica en su esfuerzo por proteger su infraestructura energética de los ataques aéreos rusos sostenidos. Tras tres años de bombardeos, la red eléctrica ucraniana se ha adaptado mediante la descentralización, reparaciones rápidas y sistemas de respaldo móviles, pero las nuevas oleadas de drones y misiles este otoño ponen estas defensas al límite. Rusia ha incrementado drásticamente la producción tanto de misiles como de drones, lo que permite salvas intensivas casi diarias dirigidas a saturar las defensas aéreas ucranianas antes de la llegada del invierno. El objetivo de estos ataques no es solo dañar plantas energéticas y subestaciones, sino también quebrar la moral pública interrumpiendo la calefacción, la electricidad y los servicios esenciales durante la estación más fría. Sin embargo, Ucrania sigue resistiendo, mejorando sus sistemas de defensa aérea, construyendo infraestructura protegida y desarrollando almacenamiento de energía a gran escala para estabilizar la red. El resultado de esta guerra energética invernal influirá tanto en la resiliencia civil como en el impulso estratégico del conflicto en general.










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