Represión Masiva Contra Los Mercenarios Rusos
Las recientes detenciones en Azerbaiyán de combatientes locales del grupo Wagner suponen una ruptura audaz con la esfera de influencia rusa y marcan una nueva era de soberanía asertiva en el Cáucaso Meridional. Al procesar a sus propios ciudadanos que se unieron a la temida fuerza mercenaria rusa, Bakú ha desmantelado una de las herramientas híbridas más polémicas del Kremlin. Al mismo tiempo, Azerbaiyán profundiza sus lazos de seguridad con Kyiv – enviando equipos de desminado y dando un claro portazo a los delegados rusos – demostrando un giro estratégico hacia Occidente. Esta ofensiva no solo derriba uno de los pilares del poder blando y duro de Rusia en su propio territorio, sino que también lanza un mensaje a los países vecinos: la lealtad a Moscú ya no está garantizada. Con estas acciones resueltas, Azerbaiyán reescribe el manual postsoviético y se establece como un actor regional sin miedo a desafiar la hegemonía del Kremlin. Este movimiento podría animar a otras antiguas repúblicas soviéticas a reconsiderar sus propias relaciones con las redes de influencia rusa.
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