Hoy hay actualizaciones importantes desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, una gran logística y preparativos en ruta permitieron a los ucranianos evitar cualquier retraso y comenzar a utilizar inmediatamente el devastador poder de fuego de los tanques australianos recién entregados. Los Abrams se encuentran entre los mejores tanques en servicio de Ucrania y llegaron justo a tiempo, mientras la defensa ucraniana del norte de Pokrovsk recibía uno de los mayores refuerzos posibles para contrarrestar los ataques rusos ininterrumpidos.

Australia ha completado recientemente la entrega de los 49 tanques de combate principales Abrams a Ucrania, marcando uno de los refuerzos más significativos recientes de las fuerzas blindadas ucranianas. Los primeros 37 tanques llegaron a principios del verano, mientras que los 12 restantes han alcanzado su destino tras una compleja operación logística a nivel mundial.

Las tripulaciones del Ejército Australiano escoltaron los vehículos por mar hasta Europa, con cinco militares a bordo de un buque de carga durante 55 días para garantizar que los tanques llegaran intactos. Una vez en Polonia, los Abrams fueron trasladados a una instalación segura, donde los sistemas de armas, ópticas, motores y componentes de movilidad fueron revisados minuciosamente y preparados para su uso inmediato en combate, asegurando que esta no fuera una ayuda para el futuro, sino una entrega destinada a una integración rápida en el campo de batalla.


Los Abrams no tardaron en encontrar su lugar en el frente, ya que las tripulaciones ucranianas habían sido previamente entrenadas y asignadas, y varios de los vehículos fueron destinados a unidades de primera línea, incluido el Regimiento de Asalto Skala, operativo en Pokrovsk.


Los Abrams australianos entraron en combate durante una fase crítica de la batalla por Pokrovsk, donde las fuerzas ucranianas realizan contraataques para mantener a las tropas rusas al sur de la línea ferroviaria y evitar que se abran paso, lo que cortaría las operaciones de retirada desde Myrnohrad. La operación ucraniana estaba cuidadosamente estructurada, con tanques Abrams avanzando junto a vehículos de combate de infantería, actuando como escudo y martillo. La tarea principal de los tanques era suprimir los puntos de fuego rusos con sus cañones principales, atraer la atención de los drones enemigos y crear corredores para que los BMP ucranianos avanzaran. Bajo la cobertura de los Abrams, los BMP avanzaron hacia las afueras de Pokrovsk, desplegaron tropas de asalto y aseguraron posiciones clave que previamente habían estado bajo intensa presión rusa.

La presencia de los tanques Abrams cambió el equilibrio táctico, obligando a los rusos a reaccionar ante los objetivos fuertemente blindados en lugar de concentrarse exclusivamente en la infantería y vehículos ligeros. Esto dio a los equipos de asalto ucranianos minutos cruciales para atrincherarse y estabilizar la línea, asegurando el vital distrito industrial antes de que los rusos pudieran afianzarse.


Durante la operación, un Abrams resultó dañado por drones rusos. A pesar de varios intentos posteriores de detonarlo con drones FPV, los rusos solo lograron causarle daños por fuego, lo que podría implicar la evacuación del vehículo en una fase posterior bajo la cobertura de la niebla. Lo más importante es que la tripulación sobrevivió y se retiró de manera segura, como se confirmó en las imágenes de las escotillas abiertas del tanque, preservando así al personal entrenado.


Este enfrentamiento encaja en el panorama más amplio del sector Pokrovsk–Myrnohrad, con las fuerzas rusas continuando sus ataques repetidos e intentos de infiltración, mientras las unidades ucranianas responden con defensas en capas y contraataques locales. En algunos días, los funcionarios ucranianos informan haber detenido más de 30 ataques rusos solo en este sector. A pesar de estos esfuerzos rusos y de las persistentes afirmaciones de control total sobre Pokrovsk, las tropas ucranianas continúan manteniendo los distritos del norte, interrumpiendo los movimientos enemigos con drones, artillería y ahora con el renovado apoyo blindado.

Esto obligó al mando ruso a dividir su atención entre Pokrovsk y Myrnohrad, ya que múltiples unidades rusas intentaron establecerse en la parte norte de la ciudad. Sus esfuerzos hasta ahora no han producido avances decisivos, en gran medida debido al terreno urbano, la constante vigilancia con drones ucranianos y las fuertes pérdidas. Los refuerzos ucranianos, incluidos los despliegues rápidos de fuerzas especiales, ya han salvado significativamente la situación, incluso cuando la logística sigue bajo presión, ya que los momentos para retirarse no se encuentran, sino que se crean activamente.

En general, la llegada de los tanques australianos Abrams en este momento preciso tiene un peso que va más allá de su número. Entraron en combate justo cuando Ucrania lanzaba contraataques para evitar que el norte de Pokrovsk cayera y para frenar las narrativas rusas de victoria inevitable. En un momento en que la presión política y las discusiones de paz se intensifican, la presencia de los Abrams en el campo de batalla refuerza un mensaje simple: Ucrania conserva tanto la capacidad como la voluntad de contraatacar, y el nuevo equipo occidental todavía puede moldear los resultados tácticos donde más importa.


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