Hoy, las noticias más importantes provienen de Ucrania.
Los crecientes desafíos de la guerra moderna y los riesgos de seguridad en aumento están obligando a Ucrania a reconsiderar su planificación militar. Como parte de este esfuerzo, Ucrania ha adoptado una estrategia a largo plazo para modernizar su futura fuerza aérea y sistemas de defensa aérea, alineándolos con tecnologías avanzadas y estándares occidentales.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenskyy, firmó una carta de intenciones con Francia para la compra de 100 aviones Rafale, sistemas Samp-T-NG con misiles Aster 30 B1NT, radares Ground Fire 300 y UAVs.

En la primera fase, Ucrania recibirá ocho baterías de defensa aérea Samp-T-NG equipadas con avanzados sistemas de radar franceses. Cada batería contiene seis lanzadores independientes, sumando un total de 48. Este paquete reforzará significativamente las operaciones aéreas de medio alcance de Ucrania, mejorando su capacidad para interceptar misiles, proteger infraestructura crítica y proyectar poder en el aire.

El Rafale es un avanzado caza multirrol de generación 4.5 desarrollado por Dassault Aviation de Francia. Construido sobre una plataforma única, puede realizar misiones de superioridad aérea, ataque terrestre, reconocimiento, antisuperficie e incluso disuasión nuclear. Su radar RBE2 AESA detecta y rastrea múltiples objetivos a larga distancia con alta precisión, incluso bajo intensas condiciones de guerra electrónica.


El Rafale también porta el misil aire-aire de largo alcance Meteor, permitiendo compromisos efectivos más allá del alcance visual. La suite de guerra electrónica Spectra incrementa significativamente la supervivencia al contrarrestar amenazas de radar y misiles, mientras que su moderno sistema de fusión de sensores integra datos de múltiples sensores a bordo, permitiendo decisiones tácticas rápidas y precisas en combates complejos.


Aunque los Mig-29 y Su-27 de época soviética de Ucrania siguen siendo capaces en combates cercanos, y cazas occidentales como el F-16 y Mirage-2000 son más avanzados en general, el Rafale los supera a todos, especialmente en fusión de sensores, sistemas de defensa electrónica y su excepcional capacidad de realizar múltiples roles de misión en un solo vuelo.

Los aviones Rafale asumirán varios roles estratégicos críticos en el espacio aéreo ucraniano. Primero, la aeronave puede procesar retornos de radar, emisiones electrónicas e inputs ópticos bajo un sistema analítico unificado, generando un cuadro operacional claro que revela la presencia y movimiento del enemigo mucho antes que los cazas de época soviética.

Esta superior conciencia situacional permitirá a los pilotos ucranianos tomar decisiones rápidas en cada misión y reducir drásticamente los errores operacionales al basarse en un cuadro de amenazas preciso y en tiempo real, y atacar a los rusos en consecuencia.

En segundo lugar, la alta estabilidad en el rastreo de objetivos y la capacidad de comprometerlos a largo alcance del Rafale cambia fundamentalmente la ejecución de las misiones al limitar la necesidad de arriesgados combates cercanos. Al atacar desde distancias seguras, los pilotos ucranianos podrán restringir la libertad de movimiento del enemigo y controlar sectores más amplios del espacio aéreo con menos aeronaves.

El sistema Samp-T-NG que Ucrania recibirá es una plataforma de defensa aérea franco-italiana altamente automatizada, capaz de operar de manera independiente o dentro de una red integrada. Defiende contra amenazas de medio y largo alcance, protege activos de alto valor y emplea sensores capaces de detectar objetivos que respiran más allá de 350 kilómetros y comprometerlos a más de 150 kilómetros, mientras rastrea e intercepta misiles balísticos maniobrables con alcances superiores a 600 kilómetros. En conjunto, los avanzados sensores y sistemas de identificación del Rafale y las poderosas capacidades de defensa de misiles del Samp-T-NG crearán un escudo de defensa aérea más estable, flexible y multinivel para Ucrania en condiciones de combate reales.

Recientemente, Ucrania firmó dos importantes acuerdos de adquisición de cazas a finales de 2025: uno con Francia el 17 de noviembre para hasta 100 Rafale, y otro con Suecia el 22 de octubre para hasta 150 Gripen E. Bajo el contrato francés, las entregas de Rafale comenzarán en 2026 y continuarán hasta 2035. Mientras tanto, el acuerdo sueco programa las primeras entregas de Gripen E alrededor de 2028, con ensamblaje y producción local en Ucrania a partir de 2033, lo que significa que la finalización completa probablemente llevará de 10 a 15 años. Estos cronogramas muestran que Ucrania no solo busca mejoras inmediatas en tiempos de guerra a medida que llegan los aviones, sino que construye una fuerza aérea sostenible, compatible con la OTAN, a largo plazo.

La avanzada fusión de sensores y el rendimiento multirrol del Rafale mejorarán la conciencia situacional y la efectividad de las misiones, mientras que la suite de guerra electrónica y la flexibilidad operacional del Gripen E aumentarán la supervivencia y respaldarán operaciones móviles rápidas. Juntos, estos programas moldearán gradualmente una fuerza aérea ucraniana más adaptable y capaz, fortaleciendo la defensa a largo plazo contra amenazas rusas, profundizando la integración en la arquitectura de seguridad europea y reforzando la base de futura cooperación OTAN-Ucrania y estabilidad regional.

En general, Ucrania persigue una estrategia a largo plazo para modernizar su fuerza aérea y capacidades de defensa aérea, en lugar de enfocarse únicamente en las necesidades inmediatas de guerra. La adquisición de cazas avanzados Rafale y Gripen E, junto con los sistemas Samp-T-NG, demuestra un firme compromiso con la creación de una potencia aérea tecnológicamente superior y altamente interoperable. Este cambio estratégico posicionará a Ucrania como un pilar estable, adaptable y creíble de la capacidad aérea moderna, fortaleciendo significativamente la seguridad nacional y apoyando la estabilidad duradera en toda Europa.


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