Hoy, llegan muchas noticias desde la dirección de Lyman.
Aquí, una brigada ucraniana ha encontrado un uso ingenioso para tácticas de la antigua Roma en el campo de batalla actual, combinándolas con elementos de guerra moderna y tecnología para sabotear el avance ruso hacia Lyman. Esto ha creado una zona tan letal que estos ucranianos están eliminando a 66 soldados rusos por cada baja propia.

En el sector cercano a Lyman, a pesar de mantener una cabeza de puente considerable al otro lado del río Zherebets, las fuerzas rusas están peligrosamente sobreextendidas. Su objetivo de establecer una ruta directa hacia Lyman, una ciudad que intentan capturar en vano desde hace más de dos años, sigue siendo lejano. Como resultado, los comandantes rusos han redirigido importantes esfuerzos hacia la ruptura de las líneas defensivas alrededor de Torske, con la esperanza de mejorar su gravemente limitada situación logística al otro lado del río Zherebets.

Frente a esta intensa presión rusa se mantiene firmemente la veterana 63.ª Brigada Mecanizada de Ucrania. Aprovechando un terreno favorable, la brigada ha sabido utilizar la geografía local para obtener ventaja defensiva. Al norte de Torske, grandes embalses limitan la maniobrabilidad rusa y evitan acciones de flanqueo efectivas, aislando sus asaltos frontales. Al sur de Torske, extensas zonas boscosas han permitido a las fuerzas ucranianas establecer profundos sectores de control de fuego, creando puntos de estrangulamiento letales para la infantería rusa y los escuadrones en motocicleta.

Los resultados de esta defensa ucraniana hábil han sido devastadores para los rusos. A pesar del aumento sustancial de los asaltos, las fuerzas rusas enfrentan una grave escasez de blindados, lo que obliga a sus comandantes a recurrir principalmente a asaltos de infantería en motocicletas y vehículos ligeros. En respuesta, la 63.ª Brigada ha perfeccionado una estrategia defensiva implacable y rentable que ha producido una sorprendente proporción de bajas a su favor. La extraordinaria cifra indica que por cada soldado ucraniano perdido, las fuerzas rusas pierden alrededor de 66, una estadística devastadora que demuestra la superioridad táctica ucraniana en la zona.

Clave para el notable éxito defensivo de Ucrania ha sido la innovadora recuperación de tácticas de guerra de la antigua Roma, particularmente el uso generalizado de los "caltrops". Históricamente, los soldados romanos utilizaban caltrops —dispositivos metálicos con púas en todas las direcciones— como herramientas altamente eficaces para negar el acceso a zonas. Colocados en caminos, campos o senderos forestales, estos dispositivos perforaban los cascos de los caballos enemigos, obligaban a las tropas a moverse por espacios abiertos y vulnerables, y ralentizaban significativamente el avance, permitiendo a las fuerzas romanas saturar a los enemigos expuestos con proyectiles.


Ahora, la 63.ª Brigada ucraniana aplica esta táctica ancestral usando drones para dispersar versiones modernas de los caltrops a lo largo de las rutas de asalto rusas. A diferencia de las minas tradicionales, los caltrops son baratos, seguros de desplegar a distancia y difíciles de detectar mediante vigilancia con drones.

Cuando inevitablemente los escuadrones rusos en motocicleta pasan por encima de estas trampas ocultas, son lanzados de sus vehículos y obligados a exponerse para despejar estos pequeños pero numerosos obstáculos, convirtiéndose inmediatamente en blancos fáciles para la artillería ucraniana, fuego de armas ligeras y ataques de precisión con drones.


La efectividad ucraniana se ve aún más fortalecida por su enfoque en la defensa activa. Cuando unidades rusas ocupan temporalmente posiciones avanzadas, los ucranianos lanzan de inmediato ataques agresivos con drones antes de que los soldados enemigos puedan consolidarse o recuperarse. Estos contraataques rápidos y coordinados explotan el agotamiento y el desorden de las tropas rusas recién llegadas, multiplicando sus bajas antes de ser completamente expulsadas y eliminadas.

La desesperación de las fuerzas rusas en esta área es cada vez más evidente. Se observa con frecuencia a soldados usando capas térmicas destinadas a protegerlos de la detección, pero su mala implementación las vuelve ineficaces, haciendo que los soldados rusos sean aún más visibles para los drones ucranianos equipados con cámaras estándar o térmicas. Como resultado, grabaciones geolocalizadas de drones muestran frecuentemente unidades rusas fácilmente identificables y eliminadas rápidamente, a pesar de sus intentos de ocultarse.


Reconociendo su situación desfavorable, los soldados rusos en este sector optan cada vez más por rendirse. Frente a una inferioridad táctica y tecnológica abrumadora, muchos militares rusos comprenden claramente que nunca sobrevivirán lo suficiente como para aprovechar su superioridad numérica y enfrentarse directamente a las posiciones ucranianas.

En conjunto, la aplicación creativa de caltrops de la antigua Roma por parte de Ucrania, combinada con la guerra con drones de última generación, ha producido una táctica defensiva letal. El uso constante de este enfoque por parte de la 63.ª Brigada Mecanizada cerca de Torske ha devastado los asaltos de infantería rusos, socavando por completo la ofensiva rusa y manteniendo un estancamiento constante en el campo de batalla. La resurrección de técnicas de guerra antiguas, mejoradas con tecnología actual, ha convertido de forma decisiva esta zona del frente en un campo de exterminio que los comandantes rusos no pueden ni eludir ni penetrar.

Comentarios