Hoy llegan noticias importantes desde la dirección de Sumy.
Allí, a lo largo de la frontera norte, las fuerzas ucranianas lograron atraer a unidades rusas a contraataques y luego rastrearon sus movimientos hasta sus bases ocultas en la región rusa de Kursk. Con esas posiciones expuestas, las baterías HIMARS lanzaron golpes devastadores contra concentraciones de tropas, puestos de mando e infraestructura crítica para la ofensiva rusa planeada.

Más de 50000 soldados rusos han sido desplegados en la región de Kursk, lo que indica claramente preparativos para una ofensiva a gran escala contra el óblast de Sumy. Los comandantes ucranianos han confirmado este aumento de fuerzas, señalando que se están preparando operaciones masivas con el objetivo de penetrar las defensas de Sumy. Esta enorme concentración subraya la apuesta rusa de alcanzar la victoria mediante la superioridad numérica. Para neutralizar esta amenaza antes de que pudiera materializarse en el frente, Ucrania tenía que eliminar esos puntos de concentración.

Para ello, los ucranianos iniciaron ataques en el flanco oriental de Tyotkino, obligando a Rusia a redistribuir fuerzas y debilitando sus posiciones defensivas directas. Al simular un posible envolvimiento, las fuerzas ucranianas generaron presión sobre las defensas rusas, mientras mantenían una rotación constante de tropas y vehículos blindados frescos, lo que impedía a los rusos establecer líneas estables o concentrar sus unidades en puntos clave.

Imágenes de combate de la zona muestran a vehículos blindados ucranianos retirándose para reabastecerse mientras otros toman su lugar, manteniendo una presión continua sobre las posiciones rusas. Esta táctica obligó a los soldados rusos a improvisar defensas en terreno abierto, aumentando su vulnerabilidad.


Mientras las tropas rusas intentaban tapar huecos y frenar posibles avances, fueron blanco fácil de drones FPV ucranianos. Incluso grupos pequeños de dos o tres soldados fueron detectados y neutralizados con precisión quirúrgica.


Lo más importante es que estas maniobras permitieron a Ucrania rastrear los movimientos rusos y descubrir sus puntos de concentración y centros de mando. Con esta inteligencia crítica, los operadores de HIMARS fijaron objetivos y atacaron simultáneamente varias bases militares rusas. Se confirmó que Ucrania alcanzó puntos de despliegue en Lgov y Rylsk. Según testimonios locales, se reportaron numerosas bajas entre las fuerzas rusas, que fueron evacuadas en gran número tras los ataques. Se detectó además que las fuerzas rusas se estaban agrupando dentro de un edificio hospitalario abandonado, el cual fue completamente destruido por un ataque de precisión, eliminando a los soldados presentes.


Ucrania también golpeó puestos de mando rusos para interrumpir los preparativos ofensivos. Uno de los objetivos alcanzados fue el puesto de mando en Rylsk, donde, según se informa, murió el subcomandante de la 155ª Brigada de Infantería de Marina tras un ataque de alta precisión.

Estos ataques demuestran que Ucrania ya está debilitando las reservas rusas antes de que puedan ser desplegadas, interrumpiendo sus preparativos y provocando pérdidas que reducirán su capacidad de ofensiva. Si Rusia decide replegar sus fuerzas más al interior para evitar ser detectada, esto ralentizará sus tiempos de respuesta frente a posibles avances ucranianos.

Esto deja a Rusia frente a un dilema difícil: o posicionan sus fuerzas más atrás, perdiendo capacidad de reacción, o las mantienen al frente, asumiendo los golpes de los drones y misiles ucranianos, y apostando a que sus números basten para romper las líneas ucranianas pese a las pérdidas.

En definitiva, los ucranianos lograron exponer las fuerzas rusas en terreno abierto y, con ello, identificar infraestructura crítica para ser destruida. La intensificación de los ataques ucranianos en el eje de Tyotkino obligará a Rusia a reforzar aún más esa zona, exponiendo nuevas posiciones al fuego de precisión.

Mientras Ucrania continúa con misiones de reconocimiento en profundidad y los rusos enfrentan tensiones logísticas por el despliegue de tantos efectivos, cualquier movimiento adicional será casi imposible de ocultar. Nuevos ataques parecen inevitables.

Comentarios