Hoy hay una actualización interesante desde la Federación Rusa.
Aquí, Ucrania lanzó oleadas masivas de ataques con drones contra Moscú y otros objetivos en los días previos a las celebraciones del Día de la Victoria en Rusia, el 9 de mayo.

Estos ataques han penetrado la defensa aérea rusa, provocado incendios masivos y revelado graves vulnerabilidades en el aparato militar ruso, enviando un mensaje poderoso tanto a nivel interno como internacional.

Durante varias noches recientes, la capital rusa ha enfrentado repetidos ataques con drones. Los ataques ininterrumpidos comenzaron el 5 de mayo, y el Ministerio de Defensa ruso afirmó posteriormente que se habían interceptado 105 drones en todo el país solo durante esa noche.

Al menos dos drones también fueron derribados cerca de Podolsk, en los suburbios de Moscú, donde los misiles de defensa aérea impactaron en edificios residenciales, lo que pone en evidencia los riesgos de desplegar sistemas antiaéreos en zonas densamente pobladas. El hecho de que los drones ucranianos lograran recorrer 800 kilómetros por territorio ruso y fueran derribados desde los techos de edificios demuestra la ineficacia de las operaciones de defensa aérea rusas.

Las oleadas de drones fueron masivas y sucesivas, activando alarmas antiaéreas en múltiples regiones en su ruta hacia Moscú, incluyendo Kaluga, Ryazán y Oriol.

Los residentes reportaron explosiones y la interrupción de redes móviles a medida que se acercaban los drones ucranianos. Como resultado de los ataques continuos durante varios días, los principales aeropuertos de Moscú —Sheremétievo, Vnúkovo y Domodédovo— fueron cerrados durante horas, con interrupciones similares en aeropuertos de otras ciudades rusas, lo que afectó las rutas directas de los líderes mundiales visitantes. Esto coincidió con la llegada programada del presidente chino Xi Jinping, pero también obligó a aerolíneas rusas a cancelar cientos de vuelos.

Más importante aún, estos ataques forman parte de una extensa campaña ucraniana con varios objetivos importantes. Primero, los drones ucranianos probablemente intentan atacar objetivos militares reunidos cerca de la capital para el desfile del Día de la Victoria. Con muchas unidades y equipos concentrados en almacenes y campamentos temporales en Moscú y sus alrededores, Ucrania podría estar buscando explotar este cuello de botella logístico. Como estos activos no pueden dispersarse de inmediato tras el desfile, se crea una ventana de vulnerabilidad.


Según testigos y datos satelitales, un aeródromo militar en Kubinka, que alberga parte de las fuerzas del desfile, fue incendiado por ataques con drones, lo que sugiere que algunas de estas operaciones ya han tenido éxito.

En segundo lugar, dado que se reportaron más de 450 drones lanzados en una sola noche, la escala de estos ataques está obligando a Rusia a reposicionar aún más sistemas de defensa aérea hacia Moscú, a pesar de que ya había trasladado 280 de estos activos.

Este cambio de cobertura podría dejar más expuestas otras áreas estratégicas, como Crimea. Las fuerzas ucranianas probablemente buscan aprovechar esto para ganar tiempo y espacio para operaciones más complejas.

Simultáneamente, Ucrania continúa probando sus misiles de largo alcance Neptuno, atacando objetivos enemigos en Crimea, lo que indica preparativos para un ataque de gran impacto que podría poner fin rápidamente a las celebraciones posteriores al Día de la Victoria.

En tercer lugar, estos ataques socavan la narrativa del gobierno ruso sobre el control y la superioridad militar. Los cierres repetidos de los aeropuertos de Moscú no solo han perturbado el tráfico aéreo doméstico, sino que también han interferido con la llegada de delegaciones extranjeras.

Por ejemplo, el avión del presidente serbio Aleksandar Vučić se vio obligado a aterrizar a mitad del vuelo debido al gran peligro de ser derribado por la defensa aérea rusa mientras los drones ucranianos estaban en el aire. Tales fallos crean una imagen de desorganización y vulnerabilidad que podría llevar a algunos aliados de Rusia a reevaluar sus alianzas estratégicas.


Finalmente, los ataques con drones ucranianos también podrían tener como objetivo agotar las reservas rusas de misiles antiaéreos manteniendo un ritmo operativo alto durante varios días. Cada intercepción de un dron requiere el lanzamiento de costosos misiles, y la presión acumulada podría reducir eventualmente la capacidad rusa para defender infraestructuras críticas en otros lugares. Esto es extremadamente problemático, especialmente considerando los recientes ataques ucranianos contra arsenales rusos, donde ya se han destruido decenas de miles de misiles.


En conjunto, la campaña de drones de Ucrania es más que una demostración de fuerza: es una estrategia deliberada y multifacética diseñada para exponer las debilidades rusas, interrumpir la logística militar y desafiar la imagen de control que Rusia intenta proyectar durante el que Putin considera el feriado más importante. Al forzar a Rusia a concentrar defensas aéreas en Moscú, Ucrania genera brechas peligrosas en otras regiones. Si los comandantes rusos siguen redirigiendo activos para evitar una humillación durante el Día de la Victoria, podrían encontrarse expuestos en zonas vitales cuando ya sea demasiado tarde para reaccionar.

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