Rusia sufre el mayor colapso logístico desde el comienzo de la guerra
En una región donde la supervivencia económica se ha vuelto inseparable de la geopolítica, los discretos mecanismos de tránsito, aduanas y comercio se han convertido en poderosas palancas de influencia. La capacidad de Rusia para funcionar bajo sanciones no ha dependido de la autosuficiencia, sino de la cooperación invisible de sus vecinos, cuyos territorios y sistemas han servido como líneas de vida. Sin embargo, esa dependencia ha creado una vulnerabilidad, ya que cualquier cambio en el cálculo político de estos Estados puede convertirse de inmediato en una onda de choque económica. Kazajistán se sitúa ahora en la intersección de la presión occidental, la estabilidad regional y su propia autonomía estratégica a largo plazo. Cada endurecimiento de la supervisión en sus fronteras refleja una pregunta más profunda sobre cuánto riesgo está dispuesto a asumir un poder intermedio por el bien de un socio sancionado. Lo que sigue no es simplemente una disrupción logística, sino un momento revelador que expone lo frágiles que se han vuelto las redes comerciales paralelas de Rusia.

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