Hoy hay noticias interesantes desde la dirección de Kursk.
Aquí, los ucranianos lanzaron otra incursión sorpresiva a través de la frontera. Esto está ejerciendo una presión adicional sobre las reservas rusas y podría obligarlas a una sobrerreacción que podría conducir a problemas aún más graves para ellos y resultar en una penetración a nivel operacional y una crisis.
Ucrania ha iniciado una nueva incursión, abriendo un nuevo capítulo en sus ataques fronterizos con el claro objetivo de abrir un nuevo frente, extender aún más las defensas rusas y explotar vulnerabilidades, especialmente mientras las fuerzas rusas siguen comprometidas con las operaciones ucranianas anteriores en Bélgorod y el primer asalto en Kursk.

El plan ucraniano consiste en crear múltiples amenazas simultáneas a lo largo de la frontera y, estratégicamente, impedir que los rusos se concentren en su campaña de verano en Donbás, atrayéndolos hacia costosas operaciones defensivas en Kursk.

La incursión comenzó con ataques preliminares bien coordinados. La Fuerza Aérea Ucraniana atacó un centro de mando de drones ruso cerca del pueblo de Tyotkino, donde presuntamente murieron hasta 20 soldados rusos, incluidos operadores de drones y comandantes. Este ataque probablemente paralizó la coordinación local de drones rusos, crucial para el reconocimiento y la capacidad de contraataque. Al mismo tiempo, las fuerzas ucranianas bombardearon Tyotkino y libraron una batalla cerca de la estación de tren, mientras que la aviación ucraniana destruyó un puente cercano al pueblo de Zvannoe para aislar a los defensores rusos. Estas acciones interrumpieron la movilidad y las comunicaciones rusas, preparando el terreno para el esfuerzo principal.

Hacia Tyotkino, los ucranianos lanzaron una maniobra sofisticada con el objetivo de aislar las posiciones rusas adelantadas, que ya eran vulnerables por estar expuestas en tres frentes. Se instaló un cruce de pontones y las unidades de ingeniería lograron atravesar con éxito las fortificaciones rusas. Este avance inicial parece haber sido un reconocimiento en fuerza, destinado a exponer posiciones de disparo rusas para ser atacadas por drones FPV ucranianos, que ahora dominan la zona atacando la logística rusa. La decisión ucraniana de evacuar los asentamientos fronterizos indica planes para combates más intensos, probablemente con fuerzas más sustanciales, y sugiere que Ucrania se está preparando para mantener y expandir sus logros en la zona.

En la siguiente fase de la operación, en dirección a Novi Put, las defensas locales tipo “dientes de dragón” ya estaban comprometidas desde septiembre del año pasado, por lo que vehículos blindados ucranianos avanzaron tras operaciones de desminado, explotando una brecha preexistente sin necesidad de un asalto a gran escala. Esto permitió una penetración rápida y complicó la respuesta táctica rusa.

Dado que las posiciones rusas en Tyotkino están esencialmente rodeadas desde el principio, si las fuerzas rusas intentan defenderlas obstinadamente a toda costa, y luego, en caso de perderlas, intentan recuperarlas con la misma obstinación, el ejército ruso podría sufrir pérdidas muy elevadas. Analistas rusos sugieren que esta puede no ser la ofensiva principal de los ucranianos, sino una distracción destinada a desviar las reservas operacionales rusas y lanzar su golpe principal en otra dirección completamente diferente.

Si las tropas ucranianas logran asegurar Tyotkino y establecer posiciones fortificadas allí, obtendrán un punto clave para interrumpir las líneas de suministro rusas en profundidad y potencialmente amenazar el corazón logístico de esta parte de la región de Kursk. Las fuerzas ucranianas que se retiraron anteriormente de la primera incursión en Kursk no fueron destruidas, sino que siguen siendo efectivas en combate, por lo que ahora pueden reincorporarse a la acción, otorgando a Ucrania la iniciativa.

Esto aumentaría aún más la presión sobre el mando ruso para lanzar un contraataque que estaría condenado al desastre con grandes pérdidas, debido al terreno y a la dominancia ucraniana en el uso de drones.

Un siguiente paso lógico para Ucrania, si el esfuerzo actual tiene éxito, sería avanzar hacia Glushkovo. Capturar terreno a lo largo del río Seym podría cortar efectivamente las comunicaciones rusas hacia el oeste, aislar múltiples posiciones y abrir el camino para una nueva presencia ucraniana más amplia en el óblast de Kursk. Si esto ocurre antes o durante el Día de la Victoria, el 9 de mayo, no solo sería un golpe militar para Rusia, sino también uno psicológico, eclipsando una fecha simbólica clave. El éxito en Kursk revertiría los avances rusos de marzo y abril y serviría como un hito que elevaría la moral de las fuerzas ucranianas.

En resumen, la nueva incursión en Kursk no es una acción aislada, sino una continuación deliberada de la campaña de presión fronteriza de Ucrania. Combinada con la operación previa en Bélgorod, representa un intento claro de sobrecargar la capacidad militar rusa, interrumpir los refuerzos hacia el este de Ucrania y negar al mando ruso cualquier margen de maniobra.

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