Hoy hay muchas noticias desde la dirección de Zaporiyia.
Aquí, mientras las fuerzas rusas acumulan tropas en silencio para una nueva ofensiva en Zaporiyia, Ucrania ya ha comenzado a desmantelar la operación antes incluso de que pueda empezar. A través de una campaña implacable de ataques aéreos dirigidos, las fuerzas ucranianas están golpeando sistemáticamente la columna vertebral de los preparativos rusos, paralizando su logística, centros de mando y operaciones con drones.

Las fuerzas rusas están redistribuyendo activamente un número considerable de tropas hacia Zaporiyia, lo que indica preparativos para reanudar los asaltos en este sector previamente tranquilo. Un caso confirmado visualmente, documentado por analistas ucranianos, captó un convoy de unos 15 camiones, lo que indica el traslado de aproximadamente 250 a 300 soldados. Sin embargo, este evento registrado probablemente representa solo una fracción de los movimientos de tropas en general. Dado que no todos los convoyes son detectados, es razonable asumir que Rusia ha desplazado varios miles de soldados en total, con la intención de reavivar operaciones ofensivas significativas en la zona.

Los objetivos operativos rusos son claros y bien definidos: capturar los asentamientos de Orikhiv y Huliaipole. Asegurar Orikhiv acercaría la línea del frente lo suficiente a la ciudad de Zaporiyia como para amenazarla con artillería y drones FPV de largo alcance guiados por fibra óptica. Esto podría exponer potencialmente a este gran centro urbano de 700.000 habitantes a un bombardeo ruso constante, lo que perturbaría gravemente la logística ucraniana y la vida civil. Capturar Huliaipole, por otro lado, proporcionaría a Rusia una base operativa estable que facilitaría un avance hacia el norte en dirección a la región de Dnipró y crearía otro eje de presión.

No obstante, a pesar de estas ambiciones tácticas, cualquier aspiración rusa más amplia de tomar la ciudad de Zaporiyia sigue siendo extremadamente poco realista. Capturar con éxito una ciudad tan grande y densamente poblada requeriría cientos de miles de soldados, ya que se enfrentarían a múltiples líneas de defensa ucranianas fortificadas incluso antes de alcanzarla.

Consciente de las intenciones rusas, Ucrania está lanzando proactivamente operaciones aéreas integrales destinadas a desmantelar los preparativos rusos. Las fuerzas ucranianas atacan sistemáticamente puestos de mando rusos críticos, depósitos de munición, centros de control de drones y concentraciones de tropas, buscando paralizar las capacidades logísticas y operativas antes de una posible ofensiva.

El primer enfoque de estos esfuerzos es el ataque estratégico ucraniano contra la logística ferroviaria rusa, la columna vertebral de las operaciones militares rusas. Cerca de Tokmak, drones FPV ucranianos interrumpieron la logística ferroviaria rusa en dos incidentes importantes. Inicialmente, un ataque con dron inutilizó un tren en la zona industrial de Tokmak, paralizando temporalmente enlaces de transporte vitales del enemigo. Otro ataque de precisión entre Tokmak y Molochansk comenzó deteniendo un tren ruso con un dron FPV; posteriormente, drones adicionales atacaron tanques de combustible, provocando un incendio masivo que eliminó reservas de combustible esenciales destinadas a unidades rusas en el frente.


En segundo lugar, los ataques aéreos ucranianos se enfocan intensamente en la infraestructura de mando rusa. Cazas MiG-29 ucranianos llevaron a cabo ataques precisos utilizando bombas guiadas GBU 62 JDAM ER contra varios puestos de mando rusos a nivel de batallón, incluso alcanzando dos distintos en un mismo día. Otro ataque similar en la aldea de Nesteryanka destruyó un edificio que albergaba a comandantes clave de batallón, lo que interrumpió gravemente las capacidades de coordinación rusa en la zona.


Otras operaciones aéreas neutralizaron centros operativos de drones enemigos. Cabe destacar que aviones ucranianos utilizaron bombas de precisión AASM-250 HAMMER de fabricación francesa para destruir centros de control de drones rusos y eliminar a los operadores que se refugiaban en fortificaciones.


Finalmente, Ucrania apunta sistemáticamente a los depósitos enemigos de municiones y combustible. Cerca del pueblo de Novozlatopil, un ataque significativo con dos bombas destruyó un hangar completo lleno de munición rusa, suministros de combustible e incluso operadores de drones, lo que indica que el depósito probablemente apoyaba operaciones rusas con drones. De manera similar, cerca del pueblo de Shyroke, otra munición guiada HAMMER aniquiló un depósito de munición crítico, eliminando, según se informa, a varios efectivos rusos en la explosión.


El poder aéreo ucraniano está especialmente activo aquí porque las condiciones son relativamente favorables, ya que Zaporiyia está lejos del espacio aéreo continental ruso. Los intensos ataques ucranianos contra las defensas aéreas rusas tanto en la zona como en la vecina Crimea han degradado notablemente las capacidades defensivas del enemigo. Esto crea un entorno relativamente más seguro para que operen los aviones ucranianos, lo que permite llevar a cabo ataques aéreos extensos y precisos. En consecuencia, las fuerzas ucranianas aprovechan plenamente estas condiciones ventajosas para interrumpir a fondo los preparativos rusos.

En conjunto, la estrategia de Ucrania es clara y proactiva. La inteligencia ucraniana vigila de cerca los movimientos de tropas rusas, entendiendo la importancia de debilitar las capacidades ofensivas enemigas desde el principio, antes de que se fortalezcan lo suficiente como para lanzar un gran ataque.

Aprovechando circunstancias operativas favorables, Ucrania lanza ataques aéreos continuos y metódicos, perjudicando significativamente los preparativos rusos. Estas medidas no solo tienen como objetivo frustrar los planes ofensivos inmediatos de Rusia, sino también imponer una fuerte pérdida acumulativa a sus fuerzas, impidiéndoles alcanzar masa crítica y tomar la iniciativa en el sector de Zaporiyia.

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