Hoy, hay actualizaciones importantes desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, al noreste, el campo de batalla se ha instalado en un sangriento estancamiento, con el mando ruso enviando miles de soldados para evitar que los ucranianos recuperen más terreno. Ola tras ola ha convertido el terreno en una zona de muerte, con rusos avanzando sobre sus propios cadáveres para ganar un metro.

Después de que Ucrania rechazara a las fuerzas enemigas de su intento de ruptura hacia Dobropillia, los rusos han pasado de maniobras ofensivas a una obsesión por simplemente mantener la línea norte a cualquier costo, arrojando cuerpos a los campos, siempre y cuando mantengan la idea de un posible cerco.

El mando ruso sigue alimentando el campo de batalla con cientos de hombres cada día para impedir que Ucrania recupere terreno, mientras que los ucranianos deben continuar suprimiendo estas olas. De lo contrario, las fuerzas rusas podrían desbordar las defensas, restablecer su saliente y amenazar nuevamente con cerrar el anillo alrededor de Pokrovsk desde el norte. Por ello, los combates se han vuelto casi estáticos pero increíblemente letales. Ambos bandos están fijos en sus posiciones, pero Rusia elige pagar esta fijación con pérdidas humanas catastróficas.

Imágenes de drones ucranianos desde las ruinas de Volodymyrivka ilustran las batallas que ahora definen el sector. En un clip, dos soldados rusos intentan avanzar entre edificios colapsados mientras son rastreados por un dron ucraniano desde arriba. Un paracaidista ucraniano aparece repentinamente detrás de los escombros, enfrentándolos a corta distancia con fuego de armas ligeras.


Los rusos se refugian detrás de un muro roto, pero el ucraniano los persigue agresivamente, maniobrando entre los escombros, mientras la vigilancia del dron le indica que no caerá en una emboscada. En segundos tras el ataque, elimina al primer ruso, y momentos después cae también el comandante del grupo de asalto.


Escenas como esta se repiten decenas de veces al día: enfrentamientos rápidos y mortales donde pequeños equipos ucranianos, superados en número pero coordinados con drones, neutralizan a los infiltrados rusos antes de que puedan concentrarse en una amenaza. Los ucranianos resisten porque sus defensores combinan vigilancia precisa de drones con eficiencia táctica despiadada y agresión controlada en el terreno.

Para los atacantes rusos, el avance hacia Pokrovsk se ha convertido en una marcha a través de lo que los soldados ahora llaman las zanjas de la muerte. Imágenes de drones de Magyar’s Birds, una de las unidades de élite de drones de Ucrania, muestran la magnitud de la masacre. En un segmento de 200 metros cuadrados cerca de una trinchera antitanque, se observan más de 30 cuerpos rusos.

Más soldados rusos son vistos acercándose a la zona de muerte y son alcanzados por un FPV. Los ucranianos siguen observando, y más rusos llegan solo para ser destruidos en un ciclo constante de ataques con drones. Al final, la zanja se llena de cadáveres, motocicletas destrozadas y escombros en llamas, pero los rusos continúan sus esfuerzos. Un ruso herido intenta arrastrarse sobre los muertos para escapar, mientras la perspectiva cambia a un dron FPV ucraniano que se aproxima, y el soldado herido recoge equipo y habla con otro herido más adentro de la trinchera; el dron ataca, lanzándolo de nuevo a la masa de cuerpos.


Otro clip, filmado desde el lado ruso, es aún más perturbador: tres soldados rusos avanzan lentamente a través de una densa niebla, mientras cada pocos metros aparecen nuevos cadáveres. Para cuando alcanzan la línea de la zanja, el suelo está completamente cubierto de cuerpos amontonados, mostrando una carnicería concentrada comparable a las escenas de Stalingrado.


Los rusos ocasionalmente logran avanzar unos pocos cientos de metros en la zona gris, atrincherarse y consolidarse. Sin embargo, con el tamaño del contingente de drones ucranianos, permanecer desapercibido es una tarea imposible. Drones FPV y bombarderos vuelan rápidamente para arrasar la posición rusa; cualquier punto de apoyo ganado es borrado, y el paisaje se restablece, ahora con nuevos cuerpos añadidos a las capas inferiores. Cada día, el mando ruso envía más tropas, y mueren sin alterar la línea del frente. Su única recompensa es una aparición fugaz en un mapa, una ganancia presumida para presumir ante el alto mando, que colapsa tan pronto los drones ucranianos recuperan visibilidad total.

En general, la única estrategia rusa aquí es el volumen, manteniendo la cinta humana en movimiento. Mientras el flujo continúe, Ucrania debe comprometer mano de obra escasa para detenerlo, impidiendo que las brigadas ucranianas redirijan sus esfuerzos hacia acciones más ofensivas. Por ahora, esta aritmética sombría mantiene la línea estática, pero con tasas de bajas en este sector que alcanzan niveles no vistos en otros lugares del frente, la cuestión es si Rusia podrá sostener esto por mucho tiempo.


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