Hoy llegan importantes noticias desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, las fuerzas ucranianas desataron todo el poder de su arsenal de ataques de largo alcance en una campaña coordinada para desmantelar la ofensiva rusa en Pokrovsk antes de que pudieran reorganizarse y reagruparse. Destruyendo una base rusa tras otra, así como concentraciones de tropas y rutas de suministro, lograron desintegrar el despliegue enemigo, abriendo el camino para el avance de la infantería ucraniana.

A pesar de las ya enormes pérdidas y de varios bolsillos de tropas rodeadas en el saliente de Dobropillia, los rusos intentan salvar el desastre de Pokrovsk de la única forma que conocen: desplegando aún más infantería y ampliando la ofensiva. Para quebrar la voluntad final del 51.º ejército combinado ruso, las unidades ucranianas de ataques de largo alcance están actuando, combinando los esfuerzos de los sistemas HIMARS, la artillería, los drones y la aviación para eliminar todas las reservas que los rusos introduzcan en la zona.

Un video muestra a un grupo de asalto ruso en motocicletas intentando reunirse bajo la cobertura de los árboles cerca de una carretera, pero segundos después, el fuego de HIMARS los reduce a escombros en llamas. Otro video muestra a cazas ucranianos lanzando dos bombas de alta precisión que destruyen un edificio utilizado como puesto de mando y punto de concentración de tropas, matando a todos los que se encontraban dentro. Cerca de Uspenivka, un Su-27 guiado por reconocimiento con drones atacó a tropas de asalto que se preparaban para un ataque con bombas JDAM, aniquilándolos al instante. Más al norte, en Udachne, otra oleada de ataques JDAM eliminó a dos grupos rusos que se concentraban para una ofensiva, otra prueba de que la aviación ucraniana sigue cazando implacablemente los puntos de concentración del enemigo.

La desesperada situación ha obligado a los rusos a adelantar su artillería mucho más de lo habitual, con la esperanza de interrumpir la logística y los refuerzos ucranianos, pero esta sobreextensión ha resultado catastrófica una vez más. Al sur de Pokrovsk, un ataque de contrabatería ucraniano destruyó un obús D-30 y su depósito de municiones. Veinte kilómetros más al interior, un sistema de lanzamiento múltiple BM-27 Uragan, que intentaba cambiar de posición, fue localizado y destruido por un ataque con dron ucraniano. Al este de Pokrovsk, la vigilancia con drones detectó un camión que entregaba proyectiles a una posición de artillería. Un cohete HIMARS impactó justo cuando se descargaba la munición para maximizar los daños, provocando una enorme detonación secundaria que aniquiló a la tripulación, el camión y el sistema de artillería.

Los intentos rusos de apoyarse en la aviación también fracasaron al sur de Pokrovsk, cuando un helicóptero Mi-8 intentó entregar suministros a las unidades terrestres, pero fue interceptado por drones FPV ucranianos. Uno de los drones impactó en el tanque de combustible externo, envolviendo la aeronave en llamas en pleno aire.


Un segundo dron ucraniano confirmó el lugar del accidente, mostrando los restos en llamas y la ausencia de supervivientes, aunque los rusos afirmaron que al menos parte de la tripulación logró sobrevivir. Este fue el primer caso confirmado de un dron FPV impactando a un helicóptero ruso en vuelo, y demuestra lo desesperada que se ha vuelto la situación logística rusa si están dispuestos a arriesgar helicópteros costosos para entregar suministros al frente.


Las rutas logísticas rusas y sus vías de ataque también están siendo desmanteladas sistemáticamente por el ejército ucraniano. Un ataque de un MiG-29 con una bomba AASM Hammer demolió una presa que los rusos utilizaban como ruta de asalto directa. La explosión destruyó la carretera, y el agua se derramó por toda la zona, cortando el acceso sur a Myroliubivka. Con un solo ataque, Ucrania no solo detuvo un posible avance ruso, sino que también modificó el terreno a su favor, ya que el área se ha convertido en un pantano fluvial.


Otro video muestra cómo los drones ucranianos atacan a soldados rusos obligados a lanzarse al asalto en muletas, mientras supervivientes y heridos son enviados al combate. Esto demuestra que los comandantes rusos ya no tienen suficientes soldados sanos para enviar al frente, una señal clara de que la ofensiva rusa en Pokrovsk está en sus últimos momentos antes de colapsar por completo.

En conjunto, la campaña de ataques ucraniana demuestra que Rusia no tiene salida del desastre de Pokrovsk. La esperanza de los comandantes rusos de escapar del fallido intento de avance en Dobropillia mediante asaltos masivos y distracción está siendo aplastada por la red integrada de defensa y ataques ucraniana.

Cada movimiento ruso, ya sea de infantería, artillería o helicópteros, es rastreado, apuntado y destruido antes de que pueda llegar al campo de batalla de forma efectiva, mientras los defensores de Pokrovsk niegan a Rusia la posibilidad de montar una ofensiva real. El resultado es un campo de batalla donde cada esfuerzo ruso termina en ruinas, y cada nuevo asalto solo profundiza la catástrofe.

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