¡Por Fin! ¡Las Fábricas De Microelectrónica Más Grandes DESTRUIDAS!

Hoy hay muchas actualizaciones interesantes desde la Federación Rusa.

Aquí, Ucrania está lanzando una campaña coordinada a lo largo del corazón industrial-militar de Rusia, para paralizar la capacidad del Kremlin de librar una guerra de alta tecnología. Con un devastador ciberataque al Buró de Diseño Tupolev y ataques de precisión contra fábricas de microelectrónica, Ucrania no solo apunta a las armas, sino que está forzando las capacidades productivas rusas a retroceder a la Edad de Piedra.

La Operación Araña ucraniana infligió pérdidas significativas a Rusia, con 25 aeronaves estratégicas confirmadas como dañadas o destruidas. Cabe destacar que las autoridades rusas ya están intentando ocultar la magnitud del daño reemplazando bombarderos destruidos por otros intactos tomados de aeródromos no afectados por los ataques.

Para complementar el duro golpe a la aviación estratégica de bombarderos rusa, la Inteligencia Militar ucraniana llevó a cabo un extenso ciberataque contra el Buró de Diseño Tupolev, que diseña y produce todos los bombarderos estratégicos rusos.

La inteligencia ucraniana obtuvo acceso a más de 4 gigabytes de datos sensibles. Los archivos filtrados incluyen correspondencia interna entre ejecutivos de la empresa, datos personales de empleados, direcciones de domicilios, biografías de ingenieros y diseñadores, documentos de adquisiciones y revelaciones clasificadas de reuniones a puerta cerrada.

La filtración proporciona a los ucranianos una visión completa de las operaciones y del personal involucrado en el mantenimiento de la flota de aviación estratégica rusa. Esta información podría usarse para sabotear la planta mediante ingenieros de aviación de bajo rango que puedan ser reclutados en las redes de información ucranianas, dado que los humanos son siempre el eslabón más débil en organizaciones tan grandes.

Además, para consolidar la incapacidad rusa de reconstruir su flota de bombarderos estratégicos, los ucranianos decidieron atacar fábricas que producen otros componentes de alta tecnología necesarios para el esfuerzo bélico ruso. Estas fábricas producen varios microchips y tecnologías esenciales en la producción de bombarderos rusos, tanques, misiles, sistemas de guiado, visores y radares.

Recientemente, los ucranianos atacaron la fábrica Avangard de microchips y radioelectrónica en San Petersburgo. Aunque los medios rusos afirmaron inicialmente que todos los drones ucranianos fueron interceptados, los servicios de emergencia rusos confirmaron un gran incendio en la sección de la planta dedicada a la producción y ensamblaje de microchips. Se observó un espeso humo negro saliendo de la instalación, con el incendio afectando unos 100 metros cuadrados.

Antes de eso, drones ucranianos atacaron la planta Bolkhov de dispositivos semiconductores, causando múltiples impactos directos en el edificio principal. Las explosiones provocaron incendios extensos que se propagaron por toda la fábrica, causando daños significativos y dejando la planta fuera de servicio.

Anteriormente, fue atacada la planta de microelectrónica Strela en la localidad de Suzemka, región de Briansk. Ubicada a solo 8 kilómetros de la frontera ucraniana, estuvo al alcance de los ataques HIMARS, que causaron los daños más extensos de todas las plantas militares-industriales rusas atacadas. Imágenes satelitales confirmaron después que casi toda la instalación fue destruida, sin dejar capacidad operativa de producción.

Finalmente, los ucranianos golpearon la planta Kremniy El de microelectrónica en la ciudad de Briansk, con múltiples ataques que provocaron un gran incendio en toda la instalación. Este fue el quinto ataque contra la planta desde el inicio de la guerra, pero los daños recientes parecen ser los más devastadores hasta la fecha.

Los ataques ucranianos tuvieron un impacto mayor, apuntando a sitios clave del complejo militar-industrial ruso. La planta Avangard, donde se desató un incendio masivo, produce radioelectrónica, microchips y sistemas de comunicación usados en misiles balísticos y de crucero, incluso las autoridades rusas la consideran una de las instalaciones estratégicamente más importantes. El ataque a la planta Bolkhov fue aún más severo, interrumpiendo la producción de componentes críticos para los cazas Sukhoi, misiles balísticos Iskander y misiles hipersónicos Kinzhal. La planta Strela en Suzemka, que produce microchips para sistemas como la plataforma de defensa aérea Tor, fue completamente reducida a escombros y deberá ser reconstruida desde cero. Mientras tanto, la planta Kremniy El en Briansk, uno de los mayores productores de microelectrónica de Rusia, suministraba piezas para sistemas Pantsir y misiles Iskander.

Estos ataques limitan severamente la capacidad rusa para producir armamento avanzado, forzando un cambio hacia soluciones de menor tecnología que reducen la efectividad en combate y aumentan las pérdidas en el frente.

En conjunto, los ucranianos realizaron algunos de los ataques más devastadores a la industria militar rusa en meses recientes. Con más del treinta por ciento de los bombarderos estratégicos rusos con capacidad nuclear destruidos, Ucrania comienza ahora a desmantelar por completo la capacidad rusa para construir estas armas. La brecha en los sistemas internos del Buró de Diseño Tupolev significa que Ucrania ahora posee los datos más sensibles de Rusia sobre sus diseños de bombarderos estratégicos y aeronaves aún activas, alimentando futuros ataques de precisión y operaciones encubiertas que colocan a la flota restante de bombarderos rusos en un riesgo serio y creciente.

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