La guerra energética se profundiza mientras Ucrania se prepara para otro invierno duro

Hoy analizamos nuevos acontecimientos desde Ucrania.

Durante los últimos tres años, Rusia ha atacado de manera continua la infraestructura ucraniana y ha obligado al sector energético de Ucrania a improvisar y adaptarse para limitar el número de apagones. Sin embargo, este otoño, el número de ataques aéreos ha aumentado aún más a medida que se acerca el invierno y amenaza con sobrecargar las ya estresadas defensas aéreas y redes eléctricas de Ucrania.

El año pasado, Rusia lanzó un promedio diario de casi doscientos drones, cohetes y misiles de crucero hacia Ucrania, a menudo concentrados en salvas de hasta ochocientas piezas para saturar las capacidades de defensa aérea ucranianas.

La lógica de Rusia detrás del aumento actual de ataques aéreos tiene dos razones. La primera es un fortalecimiento significativo de sus capacidades de ataque en general; Rusia ha incrementado su producción mensual de cohetes balísticos en un 66 por ciento en comparación con 2024, hasta aproximadamente 85 misiles balísticos por mes, además de los actuales 150 misiles de crucero. Rusia también ha acelerado su producción de drones Shahed/Geranio en su fábrica de Alabuga durante el verano, pasando de 5.000 drones en nueve meses en 2024 a la misma cantidad en solo 30 días.

La segunda razón es que los ataques ucranianos han devastado el sector petrolero ruso, del cual depende para sostener su esfuerzo bélico. Como represalia, el sector energético ucraniano se ha convertido ahora en el principal objetivo de Rusia.

Antes y durante el invierno, cuando los cortes de energía amenazan la vida de los civiles ucranianos, los ataques rusos se dirigen a centrales eléctricas, subestaciones y líneas de transmisión. Ciudades como Kyiv son atacadas con frecuencia, y varios distritos de la capital quedaron sin electricidad el 14 de octubre tras ataques contra importantes líneas de alta tensión. Al mismo tiempo, múltiples subestaciones fueron atacadas en las regiones de Odesa, Járkiv y Cherníhiv en un esfuerzo coordinado de cientos de misiles y drones. Las centrales térmicas también son objetivo frecuente y a menudo deben detener sus operaciones durante períodos prolongados. A principios de octubre, Rusia atacó la central térmica de Kramatorsk con un misil Iskander, provocando cortes en el cinturón defensivo ucraniano hacia Druzhivka y Sloviansk. Otras centrales fueron atacadas en Zaporiyia y Prydniprovska.

Además, la mitad de la capacidad hidroeléctrica de Ucrania ya ha sido destruida tras la destrucción de la presa de Kajovka y los ataques combinados de drones y misiles Kinzhal contra las estaciones hidroeléctricas de Dniéper, Kremenchuk, Kanev y Srednedneprovsk el 10 de octubre. Ataques recientes también han golpeado instalaciones de gas en el Óblast de Poltava y han inutilizado el 60 por ciento de la producción nacional de gas.

Aunque en septiembre de 2025 Ucrania interceptó más del 86 por ciento de todos los drones y misiles, aproximadamente ochocientos alcanzaron su objetivo y causaron daños significativos que dejaron a millones de ucranianos sin electricidad. Ucrania ha respondido al número cada vez mayor de ataques reforzando su defensa aérea, desplegando cañones antiaéreos, helicópteros, aviones propulsados por hélice y drones interceptores impresos en 3D.

Más allá de eso, se están realizando esfuerzos sustanciales para hacer que el sector energético sea más resistente mediante la fortificación de subestaciones y la mejora de las operaciones de reparación. Ucrania también está instalando grandes baterías con capacidades de hasta 200 megavatios, capaces de abastecer a seiscientas mil personas durante hasta dos horas. Además, el país está descentralizando su producción y distribución de energía mediante energía eólica y solar, pequeñas turbinas de gas y mini-redes. Estas medidas están destinadas a evitar apagones regionales completos si partes de la red resultan dañadas. Para importar electricidad adicional de la UE, nuevas líneas de transmisión hacia Polonia y Eslovaquia complementarán la línea existente hacia Hungría.

A medida que continúan los cortes, los ucranianos usan generadores diésel durante los apagones y cargan sus baterías portátiles en cuanto regresa la electricidad.

En general, Rusia sigue decidida a quebrar la resistencia del pueblo ucraniano desmantelando el sector energético del país mediante ataques aéreos continuos y concentrados con drones, cohetes y misiles de crucero, que han causado daños significativos en centrales eléctricas y líneas de transmisión, pero que a menudo también apuntan contra civiles. Si bien Ucrania puede interceptar una gran proporción de los seis mil objetos entrantes cada mes, sus capacidades de defensa aérea están actualmente al límite, y las defensas improvisadas luchan por contrarrestar el flujo constante de drones baratos.

Por lo tanto, se están aplicando soluciones indirectas, como la transición hacia una producción de energía descentralizada, sitios de almacenamiento energético, importaciones de electricidad e infraestructuras protegidas. Al mismo tiempo, los ucranianos, por necesidad, se han adaptado y utilizan baterías externas y generadores para soportar los cortes.