Error estratégico: soldados rusos mueren por cientos en la nueva ofensiva de Putin sobre Járkiv

Dec 4, 2025
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Hoy, hay novedades importantes desde la dirección de Járkov.

Aquí, Rusia ha lanzado su tercera ofensiva sobre Járkov, reavivando una campaña que ya fracasó dos veces, pero ahora con apuestas aún más altas y perspectivas mucho más débiles. Enmarcado por la propaganda y alimentado por la desesperación política, este nuevo impulso ya empieza a desmoronarse, exponiendo un error estratégico en los niveles más altos del Kremlin.

Recientemente, Rusia se apresuró a proclamar una victoria, anunciando que Vovchansk había sido capturada, pero la realidad sobre el terreno cuenta una historia muy diferente. En un intento fallido de producir imágenes simbólicas que demostraran control total, las fuerzas rusas enviaron a un abanderado en lo que fue esencialmente una misión suicida. El soldado intentó plantar la bandera rusa junto a una casa en ruinas, solo para ser eliminado al instante por fuego ucraniano preciso.

Desesperados por fabricar la imagen, los comandantes enviaron a un segundo abanderado momentos después, pero sufrió el mismo destino. Detectado por observadores ucranianos, rastreado por drones y neutralizado antes de poder escenificar el gesto simbólico. Los rusos querían una foto triunfal; en cambio, produjeron otro ejemplo más de pérdida sin sentido. La imagen que Putin esperaba presentar se desintegró, sustituida por grabaciones de abanderados caídos tendidos entre escombros que Rusia no puede tomar.

A pesar de no lograr obtener las imágenes en Vovchansk, los comandantes rusos igualmente decidieron informar a Putin de que Vovchansk había sido tomada, y Putin amplificó de inmediato la afirmación. El momento fue calculado políticamente, con Moscú intentando entrar en la siguiente ronda de negociaciones entre Estados Unidos y Rusia pretendiendo tener una gran victoria en el noreste de Ucrania. El intento de izar la bandera se convirtió así no solo en una maniobra de campo, sino en un arma diplomática.

Putin utilizó este acontecimiento para volver a ordenar la creación de una “zona de amortiguamiento” a lo largo de la frontera, pero esta iniciativa refleja más desesperación política que lógica militar. Con ello, el último empuje ruso hacia Vovchansk es, en esencia, un tercer intento de lanzar una ofensiva sobre Járkov, y ya se ha revelado como un error estratégico basado en la mentira de las operaciones fallidas de izado de bandera.

Al reintroducir la idea de la “zona de amortiguamiento”, Rusia también busca un objetivo más calculado: obligar a Ucrania a dispersar sus reservas. Al Grupo Norte ruso se le ha ordenado generar presión a lo largo de toda la frontera. Si tiene éxito, esto estiraría las defensas ucranianas, obligando a Kyiv a desviar tropas de puntos críticos como Pokrovsk. El Kremlin espera que esta manipulación sobrecargue la mano de obra y la logística ucraniana y, de facto, lance la tercera ofensiva rusa sobre Járkov.

A pesar de ello, tras la orden de Putin, las fuerzas rusas reanudaron sus asaltos alrededor de Vovchansk con consecuencias mortales, ya que las defensas ucranianas aquí han sido fortificadas durante más de un año. Los accesos están densamente minados, cubiertos por drones térmicos, equipos FPV y emboscadas de infantería. La vigilancia ucraniana no cesa, y las unidades de asalto rusas, enviadas con apoyo mínimo, son localizadas y eliminadas repetidamente.

Los operadores de drones han capturado la cruda realidad, como en un caso en el que tropas rusas avanzan con cautela antes de pisar minas y volar por los aires. En otro ataque, otros caminan directamente hacia una emboscada tendida por la infantería ucraniana y son eliminados al instante por fuego de armas ligeras.

Aquellos que logran avanzar más lejos terminan siendo perseguidos por drones FPV entre las ruinas. Incluso quienes intentan buscar refugio entre los árboles o en las riberas del río no encuentran cobertura.

A pesar de perder a cientos más de hombres, el único cambio territorial medible es un ligero avance ruso en la parte occidental del asentamiento al sur del río, una ganancia marginal obtenida al precio de enormes bajas.

En conjunto, la declaración de victoria de Putin en Vovchansk, basada en intentos fallidos de izar una bandera simbólica, está desconectada de los hechos del campo de batalla. Estas afirmaciones solo sirven para presionar a Ucrania antes de las negociaciones y para presentar a Rusia como si avanzara cuando, en realidad, sus fuerzas no han logrado nada de forma efectiva. El liderazgo ruso espera que alguien en Washington tome estas proclamaciones en serio, pero el historial de fracasos repetidos habla por sí solo.

La ofensiva sobre Járkov, ya derrotada dos veces, se ha convertido una vez más en un desastre autoinfligido. En lugar de ganar influencia, Rusia ha lanzado a cientos más de soldados a la picadora de carne por el simple objetivo de capturar una imagen simbólica, sin nada que mostrar salvo abanderados muertos.

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