Hoy llegan noticias importantes desde el flanco norte de la OTAN.
Aquí, Rusia ha comenzado a escalar rápidamente las tensiones mediante un refuerzo militar y la construcción de nuevas bases en la frontera con Finlandia. Este país escandinavo ya ha sido atacado por Rusia en el pasado, por lo que los finlandeses no esperaron y comenzaron de inmediato a prepararse para el peor escenario posible.

Rusia ha iniciado una notable militarización de su extensa frontera con Finlandia, aumentando significativamente su presencia militar mediante la construcción de nuevas bases y el redespliegue de tropas. Imágenes satelitales recientes, confirmadas por funcionarios de la OTAN, revelan una intensa actividad: hileras de nuevas tiendas de campaña, almacenes para vehículos militares, refugios para cazas renovados y la reactivación de una base de helicópteros anteriormente abandonada. Estos desarrollos indican las etapas iniciales de un importante despliegue militar a largo plazo, aunque funcionarios de la OTAN y Finlandia subrayan que esto aún es distinto a los preparativos previos al ataque a Ucrania en 2022. La razón es que Rusia sigue estando mayoritariamente ocupada con sus operaciones militares en Ucrania, lo que limita la disponibilidad inmediata de tropas.

El detonante de esta militarización fronteriza fue la adhesión de Finlandia a la OTAN hace dos años. Inicialmente, el presidente ruso Vladimir Putin declaró públicamente que la entrada de Finlandia en la OTAN era un derecho soberano y que no tenía problema con ello. Sin embargo, Rusia cambió rápidamente su postura y comenzó a militarizar la zona fronteriza, que ahora constituye la frontera terrestre más larga de la OTAN con Rusia, con aproximadamente 1.330 kilómetros. Las acciones rusas revelan temores subyacentes; históricamente, la incorporación de nuevos miembros a la OTAN —especialmente exrepúblicas soviéticas como las bálticas— ha sido percibida por Moscú como una provocación que incrementa notablemente sus preocupaciones de seguridad. Por ello, la entrada de Finlandia en la OTAN es vista por Rusia como una amenaza creciente que exige refuerzos defensivos. El analista militar Michael Kofman, de Carnegie Endowment, predice que Rusia expandirá significativamente sus fuerzas terrestres frente a la OTAN, especialmente en regiones sensibles como la frontera norte con Finlandia.

El reforzamiento militar de Rusia también está estrechamente vinculado a intereses estratégicos en el Ártico. Moscú considera que el control sobre las regiones árticas es esencial para mantener su estatus de gran potencia. Imágenes satelitales confirmaron recientemente el regreso de helicópteros militares rusos a Murmansk, una ciudad portuaria estratégica en el Ártico, tras dos décadas de ausencia. Este redespliegue, impulsado en parte por ataques con drones ucranianos a bases aéreas dentro del territorio ruso, sitúa a las fuerzas rusas mucho más cerca del territorio de la OTAN. Según analistas de defensa finlandeses, Rusia también está ampliando brigadas en divisiones, lo que sugiere un inminente aumento de tropas rusas a lo largo de la frontera.

Rusia ha modernizado varias bases militares cercanas a Finlandia para fortalecer sus capacidades defensivas. Entre las bases clave se encuentra la base aérea de Alakurtti, especializada en operaciones en climas fríos y defensa del Ártico, y Petrozavodsk, que sirve como almacén de vehículos blindados y punto de movilización de tropas. Severomorsk-2 refuerza las operaciones navales y aéreas en el Ártico, mientras que la base aérea de Olenya, ubicada a menos de 150 kilómetros de Finlandia, facilita operaciones con bombarderos estratégicos y de gran escala, y ha recibido mejoras significativas en su infraestructura, lo que indica planes para una presencia militar aún mayor. Estas mejoras le otorgan a Rusia capacidad de despliegue rápido y mayor vigilancia, consolidando su posición ante un posible enfrentamiento.

Estos desarrollos provocadores llegan tras una serie de incidentes que subrayan el aumento de tensiones. Desde daños a cables submarinos hasta imágenes satelitales que exponen una expansión militar rusa cerca de Finlandia, esto ha llevado al jefe de inteligencia militar finlandés, el general de brigada Pekka Turunen, a predecir que la cantidad de tropas rusas cerca de Finlandia podría triplicarse en los próximos cinco años. En consecuencia, Finlandia ha extendido indefinidamente el cierre de su frontera con Rusia, citando tácticas de guerra híbrida en curso, incluida la migración instrumentalizada, similar a la que enfrenta Polonia en su frontera con Bielorrusia. Aún más preocupante, en mayo y junio de 2025, Rusia redesplegó tropas veteranas de Ucrania y especialistas en inteligencia hacia la frontera finlandesa, reforzando significativamente bases estratégicas y violando el espacio aéreo finlandés, lo que provocó una confrontación diplomática.

Frente a esta amenaza creciente, Finlandia está reforzando activamente su postura defensiva, adoptando un enfoque pragmático y preparándose para escenarios extremos, mediante el aumento del gasto en defensa y la ampliación del límite de edad para reservistas hasta los 65 años. Los planificadores militares finlandeses prevén que, una vez disminuya la intensidad del conflicto en Ucrania, Rusia incrementará considerablemente sus despliegues a lo largo de la frontera con Finlandia, lo que ha llevado a predicciones de un posible enfrentamiento armado poco después.

En definitiva, las medidas defensivas de Finlandia tienen sus raíces en una memoria histórica marcada por agresiones pasadas por parte de Rusia, en especial durante la Guerra de Invierno de 1939-1940, que resultó en importantes pérdidas territoriales. La reciente y rápida militarización por parte de Rusia reafirma la decisión de Finlandia de unirse rápidamente a la OTAN tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. Ahora, Rusia está intensificando sus provocaciones al comenzar a concentrar fuerzas en la frontera, lo cual es motivo suficiente para despertar sospechas en el gobierno finlandés.

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