La prohibición de exportaciones de Kazajistán causa estragos en la producción rusa de misiles, drones y munición
Kazajistán ha dado un paso decisivo alejándose de Rusia al imponer estrictos controles de exportación que limitan de forma drástica la evasión de sanciones. Las nuevas normas exigen licencias de exportación para una amplia gama de bienes y prohíben explícitamente la reexportación de artículos de origen occidental a Rusia, alineando el sistema kazajo con las sanciones occidentales sin adherirse formalmente a ellas. Esta medida corta un proveedor de respaldo crítico del que Moscú dependía cada vez más para armas, municiones y vehículos militares tras la invasión de Ucrania. Aún más dañina es la restricción sobre los bienes de doble uso, ya que Kazajistán había sido un importante centro de tránsito de microchips, electrónica, drones y equipos de precisión vitales para la producción de armamento ruso. El cierre repentino de este canal ya está provocando retrasos de meses en sistemas rusos como los drones Lancet, los misiles Kalibr e Iskander y los UAV de reconocimiento. En conjunto, la decisión de Kazajistán supone un duro golpe estratégico para la economía de guerra rusa y debilita aún más su capacidad para sostener operaciones militares contra Ucrania.

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