Hoy llegan noticias interesantes desde la dirección de Kurajove.
Allí, los rusos intentaron desestabilizar la retaguardia de la línea defensiva ucraniana mediante un ataque relámpago tipo uppercut. Pero, como se vio, los ucranianos ya lo esperaban: aniquilaron a la vanguardia rusa y dejaron a cientos de soldados muertos en los campos.

En su ofensiva continua en el sector suroeste del óblast de Donetsk, las fuerzas rusas lanzaron otra operación costosa e infructuosa, esta vez con el objetivo de capturar el pueblo de Bahatyr. La ambición estratégica detrás del ataque es clara: el mando ruso busca avanzar por la autopista Zaporiyia–Kostiantynivka, con la intención de llegar a la frontera regional entre Dnipró y Donetsk. Este objetivo no ofrece un valor operativo ni estratégico real, pero tiene un valor simbólico y mediático: ganar más territorio que presentar como “victoria” y ampliar la zona de amortiguamiento alrededor de la ciudad de Donetsk.

Para ello, Rusia ha empleado una serie de maniobras tácticas destinadas a cortar las posiciones ucranianas a lo largo de la autopista. Estos llamados movimientos tipo uppercut intentan romper las líneas ucranianas desde el sur, eludiendo las defensas principales para aislar las posiciones más al oeste. El patrón ya es reconocible: primero Dachne, luego Ulaky, después el intento de avanzar hacia Kostiantynopil, todos con maniobras de flanqueo para exprimir la logística ucraniana y forzar retiradas escalonadas. Bahatyr se convirtió en el nuevo foco de este asalto progresivo.

Desde el punto de vista operativo, Rusia intentó tomar Bahatyr mediante tácticas de asalto con motocicletas y cuatrimotos. Estos ataques rápidos apuntaban a los flancos y caminos rurales del pueblo, con la intención de infiltrarse en las zonas residenciales, ocupar sótanos y reunir fuerzas para disputar el control. Tácticamente, este tipo de ataque depende de la velocidad y el efecto sorpresa, buscando desorientar a los defensores antes de que lleguen refuerzos.
Pero las fuerzas ucranianas estaban listas, y el resultado fue un desastre para Rusia. En lo que solo puede describirse como una masacre, decenas de soldados rusos murieron en terreno abierto mientras intentaban cruzar campos minados y caminos expuestos.

Drones kamikaze ucranianos golpearon con una precisión devastadora, destruyendo a los equipos de motocicletas en pleno avance. Los campos de minas destrozaron columnas enteras de motos y cuatrimotos. Las granadas lanzadas por drones terminaron con lo que quedaba. Cadáveres rusos y restos calcinados cubrían los accesos al pueblo, convirtiendo el asalto en un baño de sangre.


El ataque ni siquiera logró alcanzar sus objetivos de partida, y la mayoría de la fuerza fue aniquilada antes de llegar a zonas seguras.


Algunos soldados rusos lograron infiltrarse en partes de Bahatyr durante movimientos nocturnos o bajo cobertura de fuego. En esos casos, fuerzas especiales ucranianas lanzaron de inmediato operaciones de limpieza.


Estas respuestas no son improvisadas, sino barridos pre-coordinados diseñados para impedir que las tropas rusas se consoliden dentro del pueblo. Las tácticas ucranianas aquí se centran en negar al enemigo el tiempo y el espacio necesarios para formar una masa crítica dentro del asentamiento. Si no se controlan, incluso pequeñas unidades rusas infiltradas podrían establecer una cabeza de puente capaz de atraer más fuerzas y ejercer presión sobre las líneas ucranianas al norte.


Los contraataques fueron exitosos y, al final, los ucranianos lograron que el 95 % del pueblo estuviera libre de presencia enemiga, asegurando su funcionalidad como posición defensiva. Sostener Bahatyr es vital. Al anular todas las ganancias rusas y provocar la pérdida de cientos de soldados sin ningún resultado, los ucranianos subrayaron la futilidad de los ataques rusos y del enfoque general ruso en esta guerra: lanzar miles de soldados al matadero, guiados más por razones políticas que militares, y sin resultados visibles.

En resumen, el asalto temerario de Rusia a Bahatyr no logró nada más que pérdidas. Si hubieran logrado establecer el control allí, los rusos habrían obtenido una plataforma desde la cual socavar la defensa de Kostiantynopil y forzar la retirada de unidades ucranianas, no por derrota directa, sino por líneas de suministro cortadas y la amenaza de un cerco.


Para Ucrania, sin embargo, la defensa exitosa y la contraofensiva demuestran cómo la disciplina, la coordinación y el uso inteligente de armas como drones y minas pueden convertir incluso una aldea vulnerable del frente en una fortaleza... y en un cementerio para los invasores.

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