Hoy, observamos nuevos desarrollos desde el espacio.
Desde los primeros días de la guerra, las superiores comunicaciones de campo de batalla del ejército ucraniano han dependido casi exclusivamente de Internet satelital Starlink proporcionado por la empresa estadounidense Space-X. En un intento por cerrar esta brecha estratégica, la agencia espacial rusa Roscosmos anunció recientemente el lanzamiento de su propio equivalente a Starlink para finales de 2025 o principios de 2026.

En septiembre, la agencia espacial rusa Roscosmos anunció su cooperación con la empresa Bureau-1440 para lanzar satélites en órbita baja destinados a proporcionar internet en zonas remotas de Rusia y más allá. El proyecto, llamado Rassvet, ya opera algunos prototipos y planea iniciar lanzamientos regulares de satélites en diciembre de 2025 o enero de 2026, con la intención de operar 300 satélites antes de 2030. Se espera que el internet satelital ruso se lance en 2027 y cubra el 97% de Rusia para 2035, lo que, siguiendo la retórica habitual rusa, probablemente también incluirá grandes partes de Ucrania. En general, el sistema podría proporcionar internet a nivel mundial si se apoyara en suficientes satélites. Se asume, por lo tanto, que el uso militar, similar al uso que hace Ucrania de Starlink, es la principal motivación detrás de esta nueva red satelital.

Meses después de la invasión a gran escala en febrero de 2022, el internet cifrado de Starlink se convirtió en la columna vertebral de la comunicación en el campo de batalla para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Debido al pequeño tamaño de sus antenas, es difícil de localizar y atacar, y los ciberataques rusos también han fallado en gran medida en interrumpir el servicio. Esto permite a los soldados ucranianos comunicarse de forma segura con sus comandantes, subir coordenadas de objetivos en tiempo real para las unidades de artillería y coordinar cuidadosamente la acción defensiva. Además, Ucrania ha adoptado Starlink para su uso en drones aéreos y marítimos, permitiéndoles navegar sin interrupciones frente a medidas de guerra electrónica. Actualmente, más de cuarenta mil terminales son utilizadas por las fuerzas ucranianas, y el sistema ha sido destacado como una herramienta crucial que previno el colapso del ejército ucraniano y continúa garantizando su flexibilidad táctica.

Sin embargo, la dependencia de Ucrania de Starlink también se ha convertido en una vulnerabilidad. Debido a que Space-X utiliza geo-bloqueos para limitar su uso en Rusia y en territorios ucranianos bajo control ruso, los soldados enfrentaron interrupciones peligrosas del servicio durante contraofensivas, lo que resultó en pérdida de iniciativa y vidas. Además, los drones navales guiados por Starlink no pudieron operar cerca de Crimea al intentar atacar la flota rusa del Mar Negro y cayeron parcialmente en manos rusas. Aunque los ataques posteriores tuvieron éxito, la falta de fiabilidad de Starlink para usos ofensivos y las interrupciones recurrentes minaron el éxito operativo e ilustraron la excesiva dependencia de Ucrania de un único proveedor de servicios.

Mientras tanto, sistemas alternativos como One Web, desarrollado por la empresa europea Eutelsat, operan solo unos pocos miles de sistemas en Ucrania, pero actualmente se están expandiendo a medida que aumenta la demanda de comunicaciones satelitales seguras.

Desde hace algún tiempo, Rusia también ha distribuido sistemas Starlink a lo largo de la línea del frente donde el servicio está disponible y, en el proceso, ha disminuido la ventaja ucraniana. Hasta ahora, Rusia ha dependido de dispositivos Starlink costosos, importados ilegalmente y previamente configurados, que solo funcionan de manera confiable cerca del frente.

Al establecer Rassvet como una alternativa doméstica, ahora busca adoptar la comunicación satelital para uso general. Sin embargo, ante los recientes fracasos operativos de Roscosmos, como la misión no tripulada lunar Luna 25, el éxito de esta iniciativa sigue siendo dudoso. Los 292 satélites de órbita baja que planea lanzar hasta 2030 siguen siendo menos que los 600 ya operados por Eutelsat y muy lejos de los más de 7,000 que Space-X tiene en uso.


Por lo tanto, Rassvet probablemente tendrá capacidades limitadas, y las unidades equipadas con Starlink podrían mostrarse reacias a cambiarse al nuevo sistema. Dado que proyectos rusos similares se estancaron en 2018 y 2023, el futuro del clon de Starlink ruso sigue siendo incierto.

En general, Starlink sigue siendo un sistema de comunicación crucial para Ucrania y, en menor medida, para el ejército ruso. Los cuarenta y dos mil sistemas de Ucrania permiten una comunicación segura en el campo de batalla y ayudan a repeler los ataques rusos, aunque el geo-bloqueo sobre territorios ocupados limita su uso ofensivo. Mientras Rusia anunció recientemente su propio competidor de Starlink para 2026, el futuro del proyecto sigue siendo incierto, y probablemente pasarán años antes de que se convierta en una verdadera alternativa a Starlink. Del mismo modo, Ucrania busca reducir su dependencia de Starlink evaluando el uso de sistemas comparables como One Web para el futuro.


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