Hoy, hay noticias importantes desde Ucrania y la Federación Rusa.
Aquí, mientras los comandantes rusos lanzan más fuerzas en su ofensiva de verano, el ejército ucraniano decidió sabotear sus esfuerzos de la manera más eficiente posible. Atacando activos ferroviarios rusos en territorios bajo control ruso y en lo profundo de Rusia con ataques de drones precisos, los ucranianos buscan interrumpir la logística rusa y paralizar su ofensiva en el punto más vulnerable.

Las fuerzas ucranianas iniciaron un ataque masivo y coordinado contra infraestructura ferroviaria crítica en el Óblast de Donetsk, bajo control ruso. Drones ucranianos atacaron dos subestaciones eléctricas cruciales en Makiivka, responsables de alimentar los trenes eléctricos.

Las explosiones incendiaron las instalaciones, provocando apagones generalizados y perturbando gravemente el transporte ferroviario regional. Cabe destacar que los ferrocarriles en la región industrializada del Dombás, con Donetsk como su centro, operan casi exclusivamente con locomotoras eléctricas. Imágenes satelitales del sistema Firms de la NASA confirmaron tres incendios significativos a lo largo de líneas ferroviarias industriales cerca de Donetsk, destacando la precisión y efectividad de los ataques que paralizaron la ciudad, la cual sirve como principal base militar para la ofensiva rusa de verano en la región.


En segundo lugar, Ucrania atacó infraestructura ferroviaria en lo profundo de la región rusa de Rostov.

Un ataque con drones alcanzó la estación de Salsk, incendiando un tren cargado de combustible y dañando las líneas eléctricas aéreas, deteniendo el tráfico a lo largo de la línea crítica Rostov-Donetsk y saboteando además el flujo de suministros militares hacia el principal centro logístico en el Dombás. El incidente provocó retrasos extensos, interrumpiendo conexiones tan lejanas como Novorosíisk. Más al norte, drones destruyeron los pisos superiores de la crucial estación de conmutación Likhaya y dañaron gravemente el equipo de transmisión, mientras que otro ataque inutilizó el moderno centro de control en Kamenolomna, responsable de gestionar todo el tráfico ferroviario en el sur de Rusia.


La subestación de tracción Dvoynaya en Orlovsky, esencial para alimentar trenes, también fue atacada y neutralizada de manera efectiva.

La logística ferroviaria rusa constituye la columna vertebral crítica del esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania, ya que es responsable de casi todas las actividades de suministro y refuerzo debido a la vasta extensión geográfica de Rusia. Esta extensa red ferroviaria permite a Rusia mover rápidamente grandes cantidades de munición, armamento pesado, combustible y personal a largas distancias hasta posiciones en el frente. Algo que los camiones por sí solos no pueden lograr de manera eficiente, dada la inmensidad del territorio. Los ferrocarriles ofrecen una capacidad de transporte, fiabilidad y velocidad incomparables para el material militar pesado, haciéndolos indispensables para sostener las operaciones militares a gran escala de Rusia.

Con Ucrania atacando activamente líneas ferroviarias rusas, centros logísticos y trenes de suministros, la interrupción de este sistema ferroviario impacta de manera significativa la capacidad de Moscú para librar una guerra efectiva. La destrucción de infraestructura ferroviaria o el sabotaje logístico crean cuellos de botella que obligan a Rusia a depender del transporte por carretera, que es más lento, más vulnerable y menos capaz de manejar el enorme volumen de suministros bélicos necesarios diariamente en el frente, además de imponer una mayor carga material sobre los vehículos encargados de estas rutas de suministro. Así, atacar e interrumpir la logística ferroviaria no solo debilita el impulso operativo ruso, sino que también agota a las unidades en primera línea de los recursos necesarios, generando vulnerabilidad estratégica y parálisis operativa en el campo de batalla.

Como parte de esta operación más amplia, drones ucranianos también atacaron recientemente la estación ferroviaria de Oktyabrsky en el Óblast de Volgogrado, apuntando a una subestación eléctrica vital para alimentar las líneas ferroviarias de la región.

Otro ataque de precisión con drones alcanzó el crucial centro logístico ferroviario en Novocherkassk, en el Óblast de Rostov, responsable de transferir equipo militar, munición y combustible hacia el frente ucraniano. Este lugar también alberga el 1061º Centro de Apoyo Material y Técnico, esencial para las operaciones del Distrito Militar Sur de Rusia.

Cerca de Dzerzhinsk, en la región rusa de Nizhni Nóvgorod, al menos doce explosiones poderosas estallaron cuando drones ucranianos atacaron un tren que transportaba productos químicos peligrosos para la industria de defensa rusa.

Mientras tanto, combatientes partisanos del movimiento Atesh sabotearon una vía férrea en el Jersón bajo control ruso, deteniendo por completo el transporte de carga militar crítica hacia Melitópol.

En Zaporiyia, los ataques interrumpieron el transporte ferroviario militar ruso durante más de una semana, y justo después de que se completaran las reparaciones, partisanos volaron un tren cargado de municiones en la misma línea, bloqueando y perturbando nuevamente una arteria de suministro crucial para la logística rusa en el frente.

En conjunto, los ataques ucranianos revelan un patrón claro y deliberado de apuntar a nodos y cruces críticos en la red ferroviaria del sur de Rusia, creando efectivamente puntos de estrangulamiento estratégicos para interrumpir la logística. Con daños documentados en al menos ocho nodos clave, estos ataques buscan sistemáticamente cortar las rutas de suministro ferroviario que sostienen las operaciones de combate rusas. La precisión, el momento exacto y la inteligencia detrás de los ataques confirman la estrategia enfocada de Ucrania para paralizar las capacidades logísticas de Rusia, impactando de manera crítica su fuerza operativa durante la ofensiva de verano rusa.

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