Hoy, llegan noticias importantes desde la dirección de Limán.
Aquí, los rusos comenzaron a utilizar las antiguas rutas de suministro ucranianas en el bosque de Serebrianski para mover tropas en preparación para su siguiente ofensiva. Sin embargo, como los ucranianos habían mantenido esas posiciones durante meses, sus operadores de drones sabían exactamente dónde atacar, rastreando todos los movimientos del enemigo y desatando un fuego devastador sobre la línea del frente y las fuerzas rusas que se desplegaban.

Como se recordará, los ucranianos se retiraron de una sola vez del bosque de Serebrianskyi, ya que los rusos habían puesto bajo control de fuego, mediante drones, las pocas rutas logísticas viables que atravesaban los árboles.

No obstante, esto brindó a los ucranianos la brillante oportunidad de invertir la situación a su favor, pues sabían exactamente qué caminos eran utilizables y por dónde se moverían los rusos.

En un video geolocalizado, un dron ucraniano FPV de fibra óptica rastreó un UAZ Patriot ruso cerca de Kreminna, profundamente detrás de la línea del frente, y lo destruyó con un impacto preciso, eliminando al oficial que iba dentro. Un segundo dron confirmó la baja, mostrando cómo funciona la operación de drones ucraniana en capas.

En otro caso, los soldados de la 63.ª Brigada rastrearon el movimiento de camiones de suministro, siguiéndolos hasta un punto de control de drones ruso camuflado y oculto en el bosque. Un ataque destruyó no solo la posición, sino también a los operadores de drones rusos dentro, así como su cercano depósito de municiones. Cada uno de estos incidentes demuestra cómo el uso predecible de las antiguas rutas de suministro ucranianas ha hecho que las fuerzas rusas sean vulnerables, fáciles de detectar y de destruir.

La falta de infraestructura defensiva agrava los problemas de Rusia, ya que los ucranianos no cavaron nuevas trincheras al retirarse, dejando a los rusos con amplias zonas sin refugios, túneles ni fortificaciones adecuadas.

Esto dejó aún menos espacio para que los rusos almacenaran suministros y equipos, que ahora están concentrados en unas pocas rutas principales a través del bosque. Las tropas rusas que avanzan deben conformarse con pozos de tirador y refugios improvisados, que ofrecen poca protección contra la artillería y ninguna contra los drones que atacan desde arriba.


En un video, el hacinamiento obligó a los soldados rusos a dejar sus armas y municiones fuera de un refugio. Un operador de dron ucraniano detectó el escondite y, con solo cuatro municiones lanzadas, destruyó el refugio y su arsenal con un golpe limpio. Las malas opciones de protección, combinadas con el espacio limitado, convierten cada intento ruso de consolidar posiciones en un nuevo desastre.


Esta dinámica está desangrando a los rusos antes de que puedan siquiera entrar en una verdadera batalla por Yampil. Tras tomar una fortificación de trincheras más grande al final del bosque, frente al pueblo, los comandantes rusos esperaban usarla para avanzar con más facilidad. Por el contrario, esto ha hecho que sus movimientos sean aún más previsibles, convirtiendo cada paso hacia adelante en una marcha hacia la muerte para sus grupos de asalto.

Un video de la 81.ª Brigada Aeromóvil de Ucrania muestra a dos rusos supervivientes, los últimos de un grupo de asalto, que se ocultaron brevemente en un sótano después de que sus compañeros fueran eliminados en el acercamiento. Los operadores de drones ucranianos localizaron su escondite, obligándolos a salir al descubierto, donde la infantería ucraniana los abatió en una carretera abierta, como en un campo de tiro.


Las tropas ucranianas informan que intentos similares se repiten a diario, ya que los comandantes rusos siguen enviando pequeños grupos a Yampil, pero casi ninguno sobrevive. La vigilancia con drones ucranianos controla cada movimiento, destruyendo a los infiltrados antes de que puedan reagruparse, lo que brinda un tiempo crucial para la defensa del asentamiento. Los combatientes ucranianos subrayan que, sin los drones, sus defensas sobreextendidas estarían bajo una presión mucho mayor. En cambio, Yampil sigue bajo control ucraniano, con los asaltos rusos colapsando antes de lograr establecer un punto de apoyo.

En conjunto, al abandonar el bosque de una sola vez en lugar de hacerlo mediante una batalla prolongada, los ucranianos obligaron a Rusia a usar las mismas rutas que antes los amenazaban, convirtiendo lo que antes era una desventaja en una ventaja. Ahora se han transformado en zonas de muerte bajo la vigilancia y el fuego ucranianos, con los grupos de asalto rusos siendo aniquilados por drones antes de poder concentrarse.

El bosque de Serebrianski se ha convertido en una trampa y está lejos de ser una base rusa para nuevas penetraciones. Mientras tanto, el asentamiento de Yampil sigue firmemente en manos ucranianas y permanece como una fortaleza que convierte cada paso ruso en un costo elevado.

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