La implosión demográfica de Rusia ya es imposible de detener, mientras más de un millón de jóvenes mueren en Ucrania
La estrategia rusa de desgaste por atrición está volviéndose en su contra, ya que Ucrania continúa imponiendo pérdidas a una escala que Rusia no puede absorber sin causar un daño nacional a largo plazo. Las capacidades defensivas y de ataque ucranianas eliminan mano de obra rusa más rápido de lo que Moscú puede regenerarla, dejando al descubierto la ilusión de que los números por sí solos garantizan la victoria. Con pérdidas diarias que alcanzan los miles y totales mensuales que superan guerras occidentales enteras, Rusia no ha logrado traducir el sacrificio en avances territoriales significativos. La capacidad de Ucrania para mantener ciudades y sectores clave pese a esta presión demuestra la eficacia de su doctrina defensiva y de la preservación de sus fuerzas. Cada unidad de asalto rusa destruida no solo debilita el frente, sino que también acelera el colapso demográfico y económico de Rusia en el ámbito interno. En efecto, Ucrania está derrotando a Rusia dos veces a la vez: en el campo de batalla y en la lucha a largo plazo por quién aún tiene un futuro por el que valga la pena luchar.

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