Turquía realiza un ataque de represalia contra drones rusos del Mar Negro tras el ataque de Rusia a barcos turcos en Odesa
La presión sostenida de Ucrania en el mar Negro ha empujado a Rusia a atacar abiertamente la navegación comercial, provocando un choque directo con las líneas rojas estratégicas y económicas de Turquía. Al degradar de forma constante la libertad de acción naval rusa, Ucrania ha obligado a Moscú a abandonar objetivos militares y recurrir a ataques arriesgados y políticamente perjudiciales contra buques vinculados al ámbito civil. Estos ataques no son una muestra de fortaleza, sino de la pérdida de control sobre un espacio marítimo que Ucrania ha disputado metódicamente. A medida que las opciones rusas se reducen, sus respuestas se vuelven cada vez más temerarias, arrastrando a terceros a un conflicto que ya no puede dominar en el mar. Para Ucrania, esto representa otro éxito: Rusia se ve obligada a crear nuevos enemigos en lugar de contener la guerra. El mar Negro ya no es un espacio donde Moscú impone las reglas, sino uno en el que la presión ucraniana provoca errores rusos.

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