Hoy se han producido muchas actualizaciones importantes desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, entre Pokrovsk y Kostyantynivka, las fuerzas rusas han perforado una sección vulnerable del frente, amenazando dos de las ciudades más estratégicas de Ucrania en el Donbás. A medida que se profundiza la ruptura, ambos bandos se apresuran a inclinar la balanza antes de que la ofensiva de verano alcance su máxima intensidad.

Recientemente, las fuerzas rusas lograron avances relativamente rápidos en una ruptura entre Pokrovsk y Kostyantynivka. Esta brecha pone en riesgo posiciones clave ucranianas en el Donbás, incluyendo la logística detrás de Kostyantynivka y la aglomeración Myrnograd-Pokrovsk, lo que abriría un eje de avance para los rusos tanto hacia Kostyantynivka como hacia Pokrovsk. Este vector de avance representa la mejor oportunidad para que los rusos logren progresos en el frente, por lo que están concentrando aquí la mayor parte de sus fuerzas.

Esto crea una vulnerabilidad potencial para los ucranianos en la defensa de ambas ciudades, Pokrovsk y Kostyantynivka. Los ucranianos entienden que esta ruptura rusa jugará un papel clave en la ofensiva rusa de verano en su esfuerzo por tomar ambas ciudades.
En los demás frentes alrededor de Pokrovsk y Kostyantynivka, la ofensiva rusa avanza relativamente despacio, caracterizada por batallas brutales y agotadoras que resultan en ganancias territoriales mínimas.

Mientras tanto, en la zona de la ruptura, los rusos lograron avanzar más de 10 kilómetros desde sus posiciones iniciales en Vozdvizhenka en menos de dos meses de combates, situándose a solo 12 kilómetros de Kostyantynivka. Si este ritmo de avance continúa, las fuerzas rusas podrían alcanzar la ciudad durante el verano, a menos que los ucranianos logren contenerlos y estabilizar la situación.

Los rusos alcanzaron estos avances mediante tácticas de asalto en múltiples fases, diseñadas para localizar, bombardear y superar sistemáticamente las posiciones ucranianas. Comienzan con unidades de reconocimiento formadas por escuadras "suicidas" prescindibles, cuyo objetivo es revelar las posiciones de fuego ucranianas. Tras enviar varias escuadras, los rusos logran identificar con precisión las posiciones ucranianas, que luego son objeto de intensos bombardeos de artillería y bombas planeadoras. Tras la destrucción inicial, se envían más escuadras de infantería rusa para evaluar los daños y combatir cuerpo a cuerpo si aún quedan defensores ucranianos.

Mientras tanto, los drones rusos trabajan para aislar a los ucranianos vigilando y cortando posibles rutas de retirada o refuerzo, lo que limita su flexibilidad táctica.

Esto deja a los defensores ucranianos ante una elección difícil: mantenerse en posición y arriesgarse a ser arrasados tras el bombardeo, o intentar retirarse bajo la amenaza de los drones rusos. Independientemente de la pérdida de posiciones, esta táctica rusa generalmente resulta en una proporción de bajas de al menos tres a uno a favor de los ucranianos.
Los ucranianos contrarrestan esta táctica destruyendo las escuadras suicidas rusas iniciales con minas, granadas lanzadas por drones y ataques kamikazes. Esto permite que los defensores no tengan que revelar sus posiciones disparando contra los grupos de asalto rusos.


La implementación de estas interceptaciones con drones ha elevado la proporción de bajas en algunas áreas hasta siete a uno, y en algunos casos incluso más. Como resultado, estas tácticas rusas normalmente solo tienen éxito cuando las fuerzas ucranianas carecen de apoyo suficiente con drones para detectar y eliminar a las escuadras de reconocimiento antes de que lleguen a las posiciones ucranianas y permitan iniciar los bombardeos.


Por eso, en respuesta a la ruptura rusa, los ucranianos han redesplegado brigadas élite de drones para estabilizar el frente. Entre las unidades desplegadas se encuentra el regimiento de drones Fénix, cuyos operadores ya han comenzado a neutralizar con éxito equipos pesados e infantería rusa en movimiento. Están además apoyados por los componentes terrestres de la Brigada Ana de Kiev, asignada a reforzar y defender posiciones clave en tierra contra el asalto ruso mientras las unidades de drones reducen la presión. Su experiencia en exitosos contraataques en el flanco occidental de Pokrovsk les permitirá llevar a cabo una defensa activa, e incluso posiblemente expulsar a los rusos de su reciente avance.

En resumen, los rusos lograron explotar una brecha crítica a lo largo de la carretera Pokrovsk-Kostyantynivka, pero los ucranianos respondieron rápidamente para contrarrestar la amenaza. Con el redespliegue de unidades élite de drones como el Regimiento Fénix, y el refuerzo de la brigada de asalto Ana de Kiev, los ucranianos están cerrando efectivamente una debilidad en sus líneas defensivas. Si estas unidades recién desplegadas logran cumplir sus respectivas misiones, impedirán que los rusos consoliden sus posiciones y detendrán el avance antes de que pueda traducirse en ganancias operacionales significativas.

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