Hoy, la noticia más importante proviene de Ucrania.
Tres años y medio de guerra están pasando factura a la precisión de la artillería ucraniana debido al desgaste constante de los cañones. Afortunadamente, los drones están cada vez más capacitados para compensar esta situación, a medida que los rangos de ataque efectivos continúan aumentando.

Según un artillero ucraniano, los sistemas de artillería suministrados por Occidente no pueden soportar el uso intensivo y continuo en la batalla moderna, ya que un solo cañón dispara alrededor de 30 proyectiles diarios, aumentando hasta 100 durante combates intensos que duran varias oleadas. Las paredes de los cañones se adelgazan debido al desgaste, causado por el proceso continuo de erosión que ocurre durante los disparos. Esto puede afectar negativamente la precisión de la artillería, obligando a las unidades a usar más proyectiles. También implica que los cañones deben ser reemplazados con mayor frecuencia, lo que resulta costoso y pone presión sobre las líneas de suministro.

En años anteriores, los ucranianos disparaban en promedio entre 7.000 y 10.000 proyectiles por día, cifra que actualmente ha bajado a 5.000, lo que indica una reducción cercana al 50% en la tasa de fuego.

Una solución para reducir el desgaste de los cañones es utilizar solo la carga mínima necesaria para la distancia dada, lo que puede minimizar la erosión. También es necesario calcular constantemente el desgaste para poder predecir eficazmente la vida útil del cañón y evitar su uso excesivo. Además, se aplica un recubrimiento protector al ánima del cañón para protegerlo de los gases calientes. Sin embargo, estas medidas no son suficientes, y Ucrania se está quedando sin cañones.

Imágenes desde la dirección de Zaporizhia muestran un sistema de cohetes múltiples Grad ruso siendo detectado por un dron ucraniano y posteriormente atacado con proyectiles de artillería sin éxito. Con el Grad todavía representando una amenaza y el fuego de artillería fallando, los ucranianos lo atacaron con un dron FPV, destruyendo con éxito el sistema junto con su tripulación.


Este caso muestra el efecto real del desgaste de los cañones y cómo los proyectiles de artillería se vuelven imprecisos debido a ello. Como se observa en las imágenes, los drones son cada vez más capaces de suplir las deficiencias de la artillería, causando ya aproximadamente el 90% de las bajas rusas.

Los drones FPV se utilizan principalmente en el frente para neutralizar vehículos y personal enemigo. Los FPV pueden alcanzar hasta 40 kilómetros, equivalente a la artillería de tubo, pero llevan una carga mucho más pequeña y solo pueden ser utilizados una vez. Los drones también pueden ser interferidos por los sistemas de guerra electrónica rusos, aunque los drones de fibra óptica se están volviendo cada vez más comunes. Los FPV son mucho más baratos y fáciles de producir, además de ser más precisos, lo que a su vez compensa la disminución de la carga útil.

Ucrania también utiliza una amplia gama de municiones merodeadoras, como los Switchblades y Ram-2X, que son dirigidas por un operador o semiautónomas, mientras que algunas funcionan con reconocimiento automático de objetivos mediante IA. Son una excelente alternativa para sustituir la artillería, ya que tienen un alcance similar y, nuevamente, mayor precisión. Pueden permanecer merodeando hasta 40 minutos a su máximo alcance hasta encontrar un objetivo, lo que les da más posibilidades de realizar un ataque exitoso en comparación con los drones FPV, aunque son más costosos.

La artillería no será reemplazada por drones por completo, pero estos pueden compensar la disminución de sus capacidades. El principal problema para los ucranianos es la falta de suministros de cañones por parte de sus aliados, y la producción nacional no puede satisfacer la demanda.

La artillería puede destruir objetivos fijos, atacar columnas blindadas y suprimir al enemigo mediante su poder de fuego, mientras que los drones FPV y las municiones merodeadoras están más orientados a impactar objetivos individuales. Sin embargo, si el asalto ruso utiliza sus capacidades de guerra electrónica de manera efectiva, los drones se vuelven más difíciles de operar.

Aun así, la infantería no puede mantener el frente sin apoyo de fuego y fuego de contrabatería, razón por la cual los grandes cañones siguen siendo un núcleo de las operaciones de combate modernas. Los drones no pueden cubrir todos los roles de la artillería, por lo que Ucrania y sus aliados occidentales deben abordar urgentemente el problema y aumentar la producción de tubos de artillería para satisfacer las necesidades críticas del frente y mantener la alta cadencia de fuego.

En general, el uso excesivo de los sistemas de artillería ucranianos representa una amenaza para su precisión y para los artilleros que operan el sistema, pero con precauciones y suministros estables de cañones, los riesgos pueden minimizarse. Los drones por sí solos no reemplazarán la artillería, pero complementarán y suplirán sus deficiencias, ya que la artillería sigue siendo necesaria para destruir efectivamente posiciones fortificadas. La intensidad de la guerra probablemente seguirá siendo alta, por lo que Ucrania necesitará abordar el problema del desgaste de los cañones para poder continuar combatiendo.

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