Hoy analizamos nuevos acontecimientos desde Ucrania.
Aquí, los carros de combate principales han sido durante mucho tiempo el eje central de los asaltos mecanizados, ya que la potencia de fuego móvil y fuertemente blindada sigue siendo clave en muchas operaciones modernas. Sin embargo, con un campo de batalla en constante evolución, tanto rusos como ucranianos están adaptando sus doctrinas de uso de tanques para aprovechar sus puntos fuertes y compensar sus nuevas debilidades, cada uno con un enfoque distinto hacia la guerra contemporánea.

La longevidad del concepto de tanque se basa en las ventajas que permiten a los ejércitos situar cañones potentes cerca del enemigo. Su blindaje lo distingue de otros vehículos armados y, además del acero reforzado, los tanques modernos están equipados con blindaje reactivo explosivo y sistemas de protección activa. Gracias a sus orugas, que le permiten atravesar terrenos difíciles, la movilidad del tanque le otorga la flexibilidad necesaria para enfrentarse al enemigo donde sea necesario, lo que constituye su tercera gran fortaleza. Al combinar movilidad, armamento y potencia de fuego, los tanques ofrecen una presencia poderosa en la línea de contacto que ni los drones ni la infantería pueden igualar.

No obstante, hoy los tanques enfrentan amenazas sin precedentes en el campo de batalla, ya que la mayoría de los modelos fueron diseñados antes de la aparición de misiles antitanque de ataque superior o drones FPV, y presentan puntos débiles en el techo y la parte trasera que antes se consideraban objetivos improbables. La visibilidad constituye otro desafío para los tanques, que cuentan con ópticas limitadas; aunque las cámaras representan una mejora, son vulnerables al fuego de armas ligeras y a la metralla, lo que puede dejar al tanque ciego e indefenso. Los vehículos inmovilizados son blancos fáciles para la artillería y los drones, ya que su tamaño y firma térmica los hacen difíciles de ocultar, mientras que sus costos —de entre 5 y 25 millones de dólares— convierten cada pérdida en un revés considerable.

Dado que los tanques son activos muy valiosos, las estrategias antitanque buscan explotar sus vulnerabilidades. Las minas son especialmente efectivas para detener los asaltos blindados, y muchos diseños rusos antiguos estallan de forma catastrófica al pasar sobre ellas. Aunque los tanques modernos están mejor protegidos, también suelen quedar inmovilizados por las minas.


Esto demuestra que, si bien los tanques sobresalen en el combate móvil, no son adecuados para todos los terrenos. Los entornos urbanos o fortificados ofrecen poco espacio para maniobrar y muchas oportunidades para emboscadas, especialmente si el tanque no está acompañado de infantería.

Esto se hizo evidente durante los primeros días de la invasión, cuando muchos tanques rusos fueron destruidos por misiles antitanque.

Aunque los tanques ucranianos tuvieron un gran éxito durante la ofensiva de Járkiv en 2022, sufrieron fuertes pérdidas durante la ofensiva de 2023, cuando fueron concentrados contra posiciones enemigas fortificadas. En respuesta, Ucrania decidió distribuir sus tanques entre las distintas unidades del frente.

Esto da a más formaciones ucranianas acceso al apoyo blindado, aunque a costa de reducir las formaciones de asalto designadas. Debido a la amenaza constante de los ataques con drones, los tanques ahora permanecen ocultos en edificios o trincheras y solo emergen para breves acciones de ataque y retirada, para repeler infiltraciones ligeras o actuar como artillería improvisada.

Sin embargo, la ofensiva de Kursk en 2024 demostró que Ucrania aún es capaz de lograr éxitos tácticos concentrando sus tanques y restaurando la guerra de maniobras cuando las condiciones lo permiten.

Mientras Rusia utilizó su numerosa fuerza de tanques como un “puño de hierro” durante los primeros años de la guerra, sufrió pérdidas continuas a manos de la artillería, los misiles antitanque y los drones FPV.

El desgaste ha obligado a Rusia a limitar el número de asaltos blindados en favor de otros usos. Los tanques más modernos se mantienen en reserva, mientras que algunos modelos antiguos son recubiertos con blindaje adicional, convirtiéndose en los llamados “tanques tortuga”. Muchos tanques se emplean ahora como piezas de artillería para compensar la escasez de plataformas autopropulsadas, o como transporte de tropas más allá del alcance de los drones ucranianos.

En general, mientras los drones dominan los cielos y las líneas fortificadas restringen la movilidad de los tanques, ninguna de las partes puede emplearlos en el papel para el que fueron concebidos.

Aunque el tanque parece estar actualmente en desventaja, los ingenieros ya trabajan para invertir la situación. Nuevos modelos como el KF51 Panther o el K3-NGMBT prometen mejor protección y capacidades integradas de interferencia contra drones, mientras que los modelos más antiguos recibirán mejoras. Las grandes sumas invertidas en el desarrollo de tanques indican que los mandos militares siguen creyendo que el tanque conservará su papel como vehículo blindado de ruptura y apoyo en el futuro.



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