La modernización de la artillería de largo alcance rusa no puede cerrar la brecha tecnológica de precisión

Hoy, los desarrollos más interesantes ocurren en Ucrania.

Tras el éxito de los sistemas Hi-mars suministrados por Estados Unidos en manos ucranianas, Rusia comenzó a desarrollar su propio sistema de artillería de precisión móvil, con el objetivo de replicar el impacto de los Hi-mars en el campo de batalla: el Sarma. Sin embargo, la última variante del Sarma revela claras diferencias en especificaciones y efectividad, lo que evidencia el desafío de igualar un sistema que redefinió la guerra de artillería moderna.

El ejército ruso ha adquirido recientemente 12 nuevos sistemas Sarma de 300 milímetros, promocionados rápidamente como la respuesta rusa a los Hi-mars. La decisión siguió a los devastadores ataques ucranianos de 2022, cuando los ataques de Hi-mars sobre depósitos de municiones y concentraciones de tropas expusieron repetidamente importantes vulnerabilidades en la logística rusa.

En respuesta, Moscú revivió y modernizó el proyecto Sarma, largamente inactivo y desarrollado más de una década antes, iniciando una producción limitada. El sistema es una versión más ligera y móvil del Tornado-S, utilizando la misma familia de cohetes de 300 milímetros, incluidas variantes guiadas con diferentes cabezas explosivas.

A pesar del cambio de nombre, el supuesto “Hi-mars ruso” todavía queda por detrás de su contraparte occidental.

Al comparar el Sarma con el Hi-mars estadounidense, la diferencia más significativa sigue siendo el alcance y la precisión. El Hi-mars puede atacar objetivos a hasta 80 kilómetros con cohetes estándar GMLRS, y hasta 300 kilómetros con misiles Atacms. Su precisión, de alrededor de dos metros gracias a la guía por GPS, permite impactos exactos sobre activos críticos. El Sarma, en cambio, alcanza supuestamente unos 120 kilómetros con cohetes guiados, pero su exactitud sigue siendo cuestionable debido a los sistemas de navegación menos avanzados de Rusia, más vulnerables a interferencias y bloqueos de señal.

El Sarma utiliza munición estándar soviética de 300 milímetros, mayor que la contraparte occidental de 227 milímetros. Sin embargo, el Hi-mars opera con un sistema modular de contenedores, que permite recargas rápidas y perfiles de misión flexibles, en lugar del antiguo método de recarga cohete por cohete, todavía presente en el Sarma. En la práctica, esto favorece mejores tácticas de “disparar y mover”, ya que las tripulaciones de Hi-mars pueden disparar, reubicarse y recargar antes de que llegue el fuego de contrabatería enemigo, mientras que el Sarma permanece más expuesto. Finalmente, la producción del Sarma es más barata, con un precio por unidad de 1,9 millones de dólares frente a los 14 millones del Hi-mars. No obstante, fuentes rusas indican que el costo por unidad de sus misiles guiados es de 300.000 dólares, casi el doble que los 168.000 dólares de los Hi-mars. Esta disparidad se debe al diseño más grande y pesado de la munición rusa, así como a su dependencia de componentes importados y sancionados.

A pesar de estas diferencias, los rusos aseguran que el Sarma añade varias capacidades ausentes en el Hi-mars. Sus cohetes de 300 milímetros más pesados permiten que un solo disparo tenga efectos similares a los de una pequeña bomba aérea, aumentando el potencial destructivo contra posiciones fortificadas o grandes concentraciones de tropas. El sistema también está diseñado para aceptar municiones experimentales de largo alcance o especializadas, incluidos cohetes con planeo asistido o buscadores que apuntan a emisores e infraestructuras endurecidas, con un alcance potencial de hasta 200 kilómetros.

No obstante, el Sarma sigue estando superado, ya que las capacidades experimentales y potenciales no igualan la efectividad sólida y comprobada en combate del Hi-mars. Aunque la munición guiada del Sarma supera en alcance al misil guiado básico del Hi-mars, todavía queda muy por detrás del misil Atacms, que puede alcanzar los 300 kilómetros. Esto significa que, de ser necesario, el Hi-mars ya puede atacar 100 kilómetros más lejos que cualquier munición rusa experimental.

Además, se sigue desarrollando la munición del Hi-mars, como el PRSM, que amplía aún más el alcance, aumenta la letalidad por misil y ofrece un claro camino de innovación mediante mejoras en buscadores y propulsión.

Pero lo más importante es que hoy, el Hi-mars supera al Sarma en todos los dominios críticos: precisión, integración y movilidad estratégica, ya que está digitalmente integrado en las redes de mando y control de la OTAN, lo que permite apuntar en tiempo real, coordinar y ejecutar misiones de fuego rápido.

En general, la introducción del Sarma en el ejército ruso representa más las aspiraciones rusas que un cambio decisivo en el campo de batalla. Demuestra el deseo y el reconocimiento de los rusos hacia las capacidades del Hi-mars, que, sin embargo, son difíciles y costosas de alcanzar en poco tiempo, especialmente en términos de precisión.

En su estado actual, el Sarma probablemente no tendrá un impacto notable en Ucrania, especialmente en comparación con el Hi-mars. Si bien representa una mejora en la capacidad rusa de artillería precisa de largo alcance, su potencial real enfrenta varias limitaciones, como costo, escala de producción e integración con estructuras militares heredadas.