Hoy, hay actualizaciones importantes desde la dirección de Pokrovsk.
Aquí, a pesar de las afirmaciones rusas de control total sobre Pokrovsk, el mando ucraniano demostró que estaban equivocados al limpiar la mitad de la ciudad. Las tropas ucranianas ingresaron al centro mediante una arriesgada incursión y contraatacaron al enemigo, lo que indica que la batalla está lejos de terminar.

Los soldados del 425.º Regimiento de Asalto Separado Skala llevaron a cabo una de las misiones más audaces y simbólicas en la batalla por Pokrovsk. Realizada bajo la cobertura de la oscuridad, la operación se desarrolló en varias etapas, con pequeños equipos de asalto avanzando profundamente en la ciudad utilizando buggies rápidos y drones con cámaras térmicas para reconocimiento. Los soldados se infiltraron por calles destrozadas y ruinas, maniobrando a través de sectores controlados por los rusos antes de llegar al centro de la ciudad.


Tras un intenso combate cuerpo a cuerpo, despejaron el edificio municipal de tropas rusas y izaron la bandera ucraniana sobre él, señalando a todos que Pokrovsk sigue siendo un territorio en disputa y que Ucrania sigue siendo capaz de enfrentar a las fuerzas rusas en todo el entorno urbano.


Según el Estado Mayor de Ucrania, esto formó parte de un esfuerzo más amplio de refuerzo destinado a estabilizar el frente Pokrovsk–Myrnohrad y proteger las rutas logísticas vitales que conectan ambas ciudades.

Este éxito demuestra que los rusos están lejos de rodear o tomar el control completo de Pokrovsk, ya que la mayor parte de la ciudad sigue siendo una zona gris, con posiciones ucranianas y rusas dispersas entre las ruinas y separadas únicamente por calles o incluso por casas individuales. En un vecindario, las unidades ucranianas parecen estar aisladas y rodeadas, mientras que en otro, son las tropas rusas las que están cercadas, una situación caótica típica de la guerra urbana moderna, donde drones bombarderos pesados suministran a las unidades propias y lanzan bombas sobre el enemigo. Las zonas inter-posicionales están prácticamente desiertas, patrulladas solo por UAVs de ataque y reconocimiento, con ambos bandos evitando movimientos innecesarios para escapar de la detección y de ataques de drones FPV.

Imágenes de cámaras en los cascos de soldados ucranianos muestran la brutal realidad de este combate: limpieza de edificios habitación por habitación, ráfagas cortas para derribar drones enemigos y emboscadas contra infantería rusa en escaleras semiderruidas. Los soldados operan bajo vigilancia aérea constante, con drones de reconocimiento proporcionando retroalimentación en tiempo real y drones FPV ejecutando ataques precisos.


Estas imágenes son vitales para contrarrestar la desinformación difundida por los rusos, que afirman tener control total sobre Pokrovsk. Aunque las tropas rusas están presentes en partes de la ciudad y han traído refuerzos considerables, su dominio es mucho más débil de lo que intentan mostrar. En realidad, las fuerzas rusas controlan partes de los sectores sur y central, pero su agarre es inestable. Las tropas ucranianas continúan empujando hacia atrás, reingresando en áreas en disputa, liberando y fortificando puntos estratégicos, y demostrando que la dominación rusa en Pokrovsk no es absoluta. El regreso de la bandera ucraniana al centro de la ciudad sirve no solo como impulso moral, sino como prueba irrefutable de que la ciudad sigue siendo ferozmente disputada.

A pesar de estas profundas incursiones de limpieza, el objetivo ucraniano no ha cambiado: mantener a las fuerzas rusas por debajo de la línea ferroviaria que atraviesa Pokrovsk y negarles el acceso a la parte norte de la ciudad. La línea ferroviaria es tácticamente significativa porque ofrece un espacio visual abierto, facilitando la vigilancia y la observación de drones sobre los movimientos rusos en comparación con una serie de casas destruidas muy juntas.

Sus zonas despejadas reducen el riesgo de infiltraciones sorpresa y permiten que los puestos y operadores de drones ucranianos monitoreen todas las rutas de aproximación. Manteniendo a los rusos al sur de las vías, las fuerzas ucranianas protegen el corredor logístico hacia el norte, hacia Myrnohrad, su tarea más importante en este momento.

Estos esfuerzos, incluidas las incursiones, forman parte de un marco estratégico más amplio, ganando tiempo para despejar el saliente enemigo cerca de Dobropillia. El éxito allí colapsaría el flanco norte ruso y estabilizaría la logística hacia Myrnohrad, convirtiéndolo en una fortaleza defensiva. Al mismo tiempo, mantener seguro el corredor sosteniendo el norte de Pokrovsk asegura flexibilidad, ya sea para continuar defendiendo Myrnohrad o ejecutar una retirada rápida si es necesario. Dada la enorme concentración de tropas y equipos rusos aquí, la situación sigue siendo fluida e impredecible.

En general, las contraacciones ucranianas en curso dentro de Pokrovsk muestran que el destino de la ciudad aún no está decidido. Las imágenes de la bandera nacional ondeando nuevamente sobre la plaza principal, junto a escenas de operaciones de limpieza urbana, contradicen las afirmaciones rusas de victoria. Después de más de un año de combates, Pokrovsk permanece inquebrantable, con sus defensores adaptándose y contraatacando a pesar de las abrumadoras probabilidades. La visita del presidente Volodímir Zelenski a la línea del frente, donde se reunió con comandantes y premió a los soldados que mantienen la línea, subraya aún más esa determinación.


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