Cómo los soldados ucranianos mantienen las trincheras mientras son vigilados sin descanso por drones enemigos
La línea del frente en el este de Ucrania ha evolucionado hacia un entorno en el que la resistencia, la logística y el ocultamiento importan tanto como la potencia de fuego. A medida que los drones dominan el campo de batalla, incluso mantener unos pocos metros de terreno requiere una adaptación constante a una vigilancia aérea permanente. Las posiciones ya no se sostienen mediante rutas de suministro tradicionales o rotaciones regulares, sino a través de sistemas improvisados diseñados para sobrevivir bajo una observación ininterrumpida. En esta realidad, los puntos fuertes individuales pueden adquirir importancia estratégica simplemente porque abandonarlos desestabilizaría las defensas vecinas. El costo humano de mantener tales posiciones es enorme y empuja a los soldados a los límites físicos y psicológicos de lo que permite el combate prolongado. Lo que sigue muestra cómo la guerra defensiva moderna obliga tanto a soldados como a comandantes a replantearse cómo se mantiene el territorio cuando el cielo nunca está vacío.

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